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El rey percebe

El crustáceo más famoso de las costas gallegas está de fiesta. Ribeira, Cedeira o Rinlo son algunas de las muchas localidades que exaltan al percebe, manjar del mar

Subasta de percebe en Cangas. // Gonzalo Núñez

E n Galicia hay fiestas para todo, especialmente gastronómicas. Y no faltan las que ensalzan ese tesoro del mar llamado percebe. La semana pasada fue la vigésimo séptima edición de la Festa do Percebe do Roncudo (el de Ponteceso), declarada de Interés Turístico por la Xunta. Y vendrán más a lo largo del verano para degustar uno de los mariscos más deseados en las mesas.

El diccionario define este ser marino como un "crustáceo de cuerpo cilíndrico y alargado protegido en su extremo por un caparazón reforzado por placas calizas; es hermafrodita -pero sin capacidad de autofecundarse-, vive en las costas atlánticas, adherido a las rocas mediante un pedúnculo carnoso, y se cría formando grupos; el pedúnculo es comestible y muy apreciado". Tan estimado que su extracción requiere de un arriesgado trabajo entre las olas, el de los percebeiros, batalladores en las rocas con la "ferrada" en busca de las preciadas piñas de los acantilados.

Al crustáceo que deja todo el sabor del océano en el paladar se le han dedicado versos, páginas de literatura, recetas y debates sobre cómo es mejor servirlo. Al final manda la tradición por eso de que "auga a ferver, percebes botar, auga a ferver, percebes sacar". Y listos para degustar. Como el jamón u otras viandas, cuanto menos se toquen, mejor.

El pequeño gran bocado empieza una de sus temporadas anuales, pero, ¿se han comido siempre? Probablemente desde el Paleolítico, al igual que erizos, mejillones o lapas. Sus "uñas" incluso se usaban como colgantes, como puso de relieve el descubrimiento de un pequeño trozo de concha de un percebe, de apenas dos centímetros de longitud, en la cueva de Nerja en el año 2012. Sería un adorno corporal del periodo Gravetiense, entre 30.000 y 28.500 años antes de Cristo. Y por estos pagos los "castrexos" ya sabían de las exquisiteces marinas, como prueban los "concheiros" de los poblados situados cerca del mar.

A su fama de codiciado y de bocado de mar, el "Pollicipes pollicipes" puede presumir de sus propiedades en la dieta. Según la Fundación Española de Nutrición (FEN), el percebe es un marisco bajo en grasa y colesterol. De igual forma, destaca por su aporte en vitamina B12. También contiene selenio y magnesio, entre otros minerales.

El verano es época para saborearlos, como hacen los miles de comensales que acuden a las exaltaciones de este crustáceo que se despliegan por Galicia. Entre muchas otras, la de Aguiño (Ribeira) el 4 de agosto o la de Rinlo el 3 de agosto.

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