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Zanahoria, brillo naranja

En crudo o cocinada, esta hortaliza es fuente de vitaminas y nutrientes. Aporta a los platos un toque de sabor diferente y es una perfecta aliada del verano. No se puede pedir más en tan pequeña raíz

Zanahoria, brillo naranja

Tanto la sabiduría popular como la ciencia atribuyen a la zanahoria numerosas propiedades beneficiosas, además de las conocidas sobre la vista y la piel. Entre sus muchas bondades destacan su escaso aporte calórico -un 88 por ciento de agua-, su contenido en fibra, minerales -sodio, potasio, calcio y yodo- y vitaminas como A y B6. Fuente de carotenos, ayuda a proteger la epidermis, la retina, las mucosas, el sistema inmunológico y actúa como antioxidante. También es conocida la importancia de los carotenos de la zanahoria en el proceso de un bronceado seguro. Una auténtica estrella de la salud y en la cocina.

La zanahoria ( Daucus carota Subs. Sativa) pertenece a la familia de las Umbelíferas, cuya parte comestible es una raíz pivotante engrosada de color anaranjado. La planta es originaria de Eurasia y el norte de África y ampliamente distribuida por todas las regiones templadas del hemisferio norte. En la cocina sus posibilidades son infinitas. Se pueden consumir solas o como ingrediente de numerosos platos salados y dulces: enteras, troceadas, ralladas, cocidas o en puré, licuadas, como aperitivo, como integrante de ensaladas o bebida refrescante, en cremas y púdines, en guisos y estofados? Por su sabor dulce se utilizan también como componente de postres, ya sea en tarta de zanahoria, pastel de zanahoria y otras elaboraciones.

La zanahoria es fácil de integrar en cualquier comida, es apta para todas las edades y cocinadas se hacen más digeribles, conservando a la vez sus niveles de antioxidantes. Se tiene constancia de que empezó a consumirse la raíz durante el siglo I porque hasta entonces no se cultivaba para el aprovechamiento del tubérculo, sino por el de sus hojas y semillas aromáticas. Así que se trata de un alimento de larga historia y tradición, que en la antigua Grecia y Roma se utilizaba con fines medicinales, además de considerarse afrodisíaco.

Puede ser un buen tentempié a cualquier hora del día; además es una hortaliza perfecta para llevarla de excursión o para los deportistas ya que, a diferencia de las frutas, soporta el calor y puede transportarse sin problemas en el fondo de una mochila. En la nevera se mantienen en óptimas condiciones durante varias semanas, y se pueden congelar si previamente se han cocido. Es una de esas hortalizas que se encuentra en tiendas y mercados en cualquier época del año, aunque los ejemplares más tiernos y dulces son los que se recogen al final de la primavera.

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