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La "Biblia" del humor cumple 40 años

"La vida de Brian", para muchos la mejor comedia de la era cristiana, cumple 40 años y vuelve a los cines más actual que nunca

Una imagen de la famosa secuencia de la cucifixión de “La vida de Brian”. / FDV

Es una de las mejores comedias de todos los tiempos, y su humor pervive pasados 40 años de su estreno. Es más, hay escenas de "La vida de Brian" que se adelantaron a su tiempo y parecen describir la actualidad. Para comprobarlo, nada mejor que acudir al cine. La próxima semana, la desternillante película de los Monty Python vuelve a la gran pantalla con motivo de su 40 aniversario, y se podrá ver en A Coruña, Santiago y Vigo. En la ciudad olívica se exhibirá en versión original en los Multicines Centro los días 23 (martes) y 25 (jueves) de abril. En total, se podrá ver en 75 salas de 45 ciudades españolas y en otros 20 países.

La historia de esta genial sátira, estrenada en 1979, y que llegó a España en 1980, está tan llena de curiosidades y detalles como sus 93 minutos de metraje.

Papeles múltiples. Seis actores (Graham Chapman, John Cleese, Terry Gilliam, Eric Idle, Terry Jones y Michael Palin) interpretaron 40 personajes, lo que da una idea al espectador de que va a ver un espectáculo delirante. Más absurdos: Terry Jones, que interpreta a la madre de Brian, no solo es un hombre, sino que es un año más joven que el actor que da vida a Brian, Graham Chapman.

Dirección bicéfala. La película la dirige Terry Jones, pero para evitar las fricciones que habían ocurrido en "Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores" (1975), Terry Gilliam se encarga del diseño de producción y dirige dos escenas, la de los Reyes Magos y la del ovni.

Con la "pequeña" ayuda de un amigo "beatle". Es bien sabido por los fans de la película que George Harrison, gran seguidor de los Python, aportó 3 millones de libras y montó una productora, Handmade Films, para financiar el proyecto cuando EMI decidió abandonarlo por "blasfemo". Harrison llegó a empeñar su casa y su edificio de eficinas de Londres para reunir el dinero, simplemente porque "quería ver la película", según dijo Eric Idle, para quien Harrison pagó "la entrada de cine más cara de la historia".

Cameos. El propio George Harrison hace un cameo que pasa prácticamente inadvertido, poco antes de que Brian sea detenido. Otra aparición poco conocida es la del diseñador de vestuario, Charles Knode, que le dice a Brian "¡qué suerte!" al final de la escena del ovni. También aparece el cómico británico Spike Milligan, ídolo de los Monty Python, como uno de los predicadores-profetas callejeros. Precisamente iba a hacer también de profeta Keith Moon, el excéntrico batería de The Who, pero murió (el 7 de septiembre de 1978) e hizo su papel Terry Gilliam. Eric Idle vio a Moon en la noche de su muerte y recuerda que estaba entusiasmado con aparecer en la película.

Incontinencia... suma. A los extras que hacían de soldados en la primera escena de Poncio Pilato les dijeron que no debían reírse, pero no lo que iba a hacer el actor que hace de Poncio Pilato, Michael Palin. Cuando este les dice lo de "Pijus Magníficus", la incontinencia que demuestran ante Palin, sin poder aguantarse la risa, es totalmente real.

Brian, mesías por accidente. John Cleese quería hacer de Brian, pero le convencieron de que luciría mejor su talento interpretando varios papeles. Aceptó, y encarnó a Reg (líder del Frente Popular de Judea), al sumo sacerdote de la lapidación, a un rey mago y a un centurión, entre otros personajes. Con sus 1,96 de estatura, el hombretón Cleese (el más mayor de los Python; en octubre cumplirá 80 años) es el único crucificado que aparece vestido, porque la escena fue rodada muy temprano y no soportaba el frío.

Desnudo. Quien no tuvo reparo en desnudarse fue Graham Chapman en su papel de Brian Cohen. En la escena en la que se asoma a la ventana sin saber que le va a ver una multitud se muestra desnudo ante dos mil figurantes. Según la base de datos IMDB, muchas mujeres musulmanas (el rodaje tuvo lugar en Túnez) chillaron cuando Chapman apareció como Dios lo trajo al mundo. Terry Jones se fijó en que su pene no estaba circuncidado, lo que delataba que Brian no era judío. Lo arreglaron con una cinta de goma. Champan, que había logrado aparcar su grave problema de alcoholismo, era médico y ejerció como tal en el rodaje. Murió de cáncer en 1989, siendo el único miembro de Monty Python hasta la fecha que ha pasado a mejor vida.

Censura. Otro desnudo integral, concretamente el del personaje de Judith, fue el motivo de la censura en algún que otro país. Sudáfrica, Irlanda y Noruega prohibieron la película por blasfemia. Y en Suecia se rieron de su vecino -y tradicional rival- con este eslogan: "La película es tan graciosa que ha sido prohibida en Noruega". En Irlanda la prohibición perduró hasta 1987, aunque desde 1980 se podía comprar en vídeo. Y en la localidad de Aberystwyth, en Gales, levantaron la prohibición cuando una tal Sue Jones-Davies accedió al cargo de alcaldesa. ¿Que quién era Sue Jones-Davies? Precisamente la actriz que encarnó a Judith, la amiga de Brian que aparecía desnuda en la película.

Himno terminal. Eric Idle compuso "Always look on the bright side of life" en unos 20 minutos. La interpretó en el funeral de Graham Chapman. Se puede ver en YouTube junto con el discurso lleno de humor negro que le dedicó John Cleese. "Always look on the bright side of life" sigue siendo un tema muy solicitado en funerales.

Escenas olvidadas. La más polémica fue la que protagonizaba un grupo de zelotes liderados por un psicópata llamado Otto, y que llevaban un símbolo que combinaba la esvástica nazi con la estrella de David judía.

Sátira política. La división entre el Frente Popular de Judea y Frente Judaico Popular ("¡disidentes!") ironiza sobre la confusión de nombres y siglas en la izquierda británica en los 70, aunque bien podría aplicarse también a la actualidad española, por la ensalada de denominaciones, escisiones y "confluencias" que carecteriza a un sector de la izquierda. La película también resulta actual en cuanto que parece anticiparse a cuestiones como el auge del feminismo, la ideología de género y el lenguaje inclusivo: cuando Stan (Eric Idle) dice querer ser una mujer y tener hijos, y Reg (Cleese) le dice que su lucha es "contra la realidad" porque "no tiene matriz". El debate sobre los romanos ("¿Qué nos han dado los romanos?") parece aludir al antiamericanismo, y el debate eterno del FPJ sobre salvar a Brian de la crucifixión puede entenderse como una crítica ante la parálisis burocrática de organismos como la ONU. En el clima de corrección política actual, algunos gags podrían ser muy polémicos, como cuando Brian le pregunta a su madre si el centurión la violó y esta responde: "Sí... al principio". O cuando Reg se queja de las feministas después de que Judith le rogase rescatar a Brian.

Dios. Hay discrepancia entre los miembros de Monty Python, autores del guion, sobre si la película es blasfema, herética, crítica con la Iglesia o nada de lo anterior. Terry Jones ha defendido que no es blasfema, porque no toca la creencia, pero sí herética, porque cuestiona el dogma y la interpretación de dicha creencia, más que la creencia en sí. Para John Cleese, el filme no ataca necesariamente a la Iglesia, sino que "trata de personas que no pueden ponerse de acuerdo entre ellas". Irónicamente, el único personaje que aparece en todas las películas de Monty Python ("Se armó la gorda",1971; "Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores", 1975; "La vida de Brian", 1979; y "El sentido de la vida", 1983) es... ¡Dios!

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