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GASTRONOMÍA

Azuki, pequeña gran legumbre

Típica de Oriente y milenaria, ha llegado para quedarse. Apreciada por su riqueza en nutrientes, esta alubia roja sigue conquistando puestos en la cocina. Dulce y versátil, combina en infinidad de preparaciones

Las judías azukis están consideradas unas "superlegumbres". // FdV

Tienen un sabor dulce y son fáciles de preparar. Tanto como cualquier vegetal, porque las alubias azukis - Vigna angularis- no son más que pequeñas habichuelas de color rojo típicas de los países orientales, apreciadas desde antiguo. Y aunque de reducido tamaño, son auténticas "superlegumbres" llenas de beneficios para el organismo. Conocidas y reconocidas en la cocina asiática, cada vez están más presentes en las mesas occidentales.

Piden su sitio en la mesa y con razón. Son ricas en vitaminas (A, E, B), cuentan con un alto contenido en minerales (fósforo, hierro y magnesio) y casi nulas calorías. Son fácilmente asimilables, aportan casi proteína completa -los aminoácidos esenciales en las cantidades necesarias-, poseen fibra, ayudan a prevenir la diabetes y el estrés oxidativo de las células, entre otros beneficios. Además es una legumbre que se puede consumir de numerosas formas, sea en potajes, purés o estofados, así como hamburguesas vegetales, hummus, falafel y un largo listado que incluye ensaladas, revueltos de verduras o en pasteles y rellenos. A pesar de tener un sabor dulce, tiene bajo contenido en azúcar.

Estas alubias de forma arriñonada despuntan en Occidente pero en Oriente lo hacen desde milenios atrás. A veces se le llama soja roja, aunque botánicamente no lo sea. Para conocer su origen habría que irse hasta el Himalaya, donde se encontró la planta de forma silvestre en la antigüedad. En la cocina tradicional japonesa, el azuki es la legumbre más consumida después de la soja. En el país nipón se toman con arroz y también forman parte de la repostería, especialmente de los "dorayakis", similares a un bizcocho relleno de "anko", las azukis en textura cremosa.

A la hora de cocinarlas, la proporción suele ser una taza de azukis por tres de agua. Se cuecen como cualquier legumbre, a fuego lento y al gusto de sal. Combinan bien con otros vegetales -puerro, zanahoria, calabaza, apio- y los expertos recomiendan cocerlas con un trozo de alga kombu que ayuda a ablandar su piel y también a hacerlas aún más digestivas. Igualmente, se preparan en forma de té, con más agua y dejándolas cocer más tiempo. La Vigna angularis, según la cultura oriental, es la leguminosa más "yang" de todas, ya que se utiliza para tener más energía o para fortalecer el organismo en general. Para la medicina tradicional china son buenas para reforzar los riñones, que corresponden al elemento agua.

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