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Al pie del Camino

La iglesia de Vilar de Donas es una de las joyas románicas situada a la vera de la ruta jacobea a su paso por Palas de Rei. Declarada Monumento Nacional, sorprende por su arquitectura, sus frescos y la armonía del conjunto

Esculturas en piedra. // turismo.gal

Palas de Rei es un municipio plenamente jacobeo desde antiguo. Aquí comienza la última de las trece etapas que, según el Códice Calixtino, tenía que recorrer el peregrino desde Somport hasta Compostela. Se convirtió en un próspero burgo medieval y sirvió de inspiración a trovadores y literatos. Álvaro Cunqueiro quedó prendado de las donas de la iglesia del monasterio de San Salvador, construcción del siglo XII de factura románica con influencias góticas. Una joya que destaca por su arquitectura, sus pinturas y sus esculturas.

Del que fue cenobio queda la iglesia monasterial de Vilar de Donas - miñas donas Giocondas que dijo el poeta-, monumento histórico-artístico desde 1931. Tiene nave de cruz latina, crucero y ábside central con absidiolos laterales. Destaca su interior por su gran calidad artística, especialmente la cabecera de armónicas proporciones y sus pinturas murales realizadas por al menos -se cree- tres manos diferentes.

Una de las mejores escenas es la del misterio de la Anunciación de Nuestra Señora, además del Salvador que sale del sepulcro, Daniel y Jeremías con sus cartelas y los enigmáticos rostros de las donas fundadoras del convento. También sobresale el baldaquino de piedra del crucero y las sepulturas, ya que a finales del siglo XII figura como lugar de enterramiento de los caballeros de la Orden de Santiago.

Todo en esta joya de piedra es significativo, como la propia portada, con cinco arquivoltas profusamente decoradas sobre capiteles en los que hay pájaros, ángeles, grifos o motivos vegetales, entre muchos otros. El vínculo con el Apóstol y las peregrinaciones se establece en 1148, cuando en tiempos de Alfonso IX el templo-monasterio se dona a la Orden de Santiago. El cenobio, que alcanzaría gran peso en la Edad Media, fue perdiendo esplendor hasta quedar en total abandono. Hoy queda el templo como testimonio de arquitectura y espiritualidad.

Todo Palas de Rei es pródigo en riqueza arquitectónica y paisajística. Abundan los restos arqueológicos y mámoas, dólmenes y castros hablan de un remoto poblamiento. En un concello de larga historia, el legado cultural es innumerable. Construcciones reseñables como el Ponte Mercede, en Pidre, o el Ponte Ferreira se dispersan por el territorio, al igual que los cruceiros, petos de ánimas, hospitales de peregrinos o muiños enclavados en hermosos parajes.

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