Carlos Fernández de Vigo es vigués por partida triple: por apellido, por cuna y por formación (estudió en la Universidad de Vigo). Este director y guionista, con más de 20 años de experiencia en animación 2D/3D, imagen real y videojuegos, está al frente de "Memorias de un hombre en pijama", película de animación premiada en el reciente Festival de Cine de Ourense (OUFF), y que adapta las viñetas del valenciano Paco Roca al cine, tras el éxito rotundo de "Arrugas" (2011). Hoy llega a las pantallas de toda España esta especie de autobiografía de Roca con una extensa nómina de profesionales gallegos, que incluye también a María Castro, Manuel Manquiña y Tacho González en la parte interpretativa, a Ángel de la Cruz en el guion y a Lorena Ares como directora de animación.
Respecto a "Arrugas" repiten Paco Roca y Ángel de la Cruz, pero todo lo demás es distinto: esta vez no se trataba de adaptar una novela gráfica, con un planteamiento, nudo y desenlace predeterminados, sino de convertir una serie de tiras cómicas -las que publicaba Paco Roca en el periódico valenciano "Las Provincias" y en "El País"- en una trama cinematográfica.
Si "Arrugas" introducía toques de comedia en una historia eminentemente dramática, en torno al alzhéimer, "Memorias de un hombre en pijama" tiene hechuras de comedia romántica.
Carlos Fernández de Vigo decidió incluir un prólogo y un epílogo con actores de carne y hueso, Raúl Arévalo -que interpreta a Paco Roca, con el que guarda, además, cierto parecido físico- y la viguesa María Castro. Los actores realizan también el doblaje de sus equivalentes de animación.
Paco (Raúl Arévalo) es un cuarentón soltero empedernido, que en la plenitud de su vida hace realidad su sueño infantil: trabajar desde casa y en pijama. Pero cuando creía haber encontrado el súmmum de la felicidad, irrumpe en su vida Jilguero (María Castro), la chica de la que se enamora y que tendrá que luchar por permanecer al lado de un hombre cuyo máximo objetivo vital es quedarse en casa en pijama.
Carlos Fernández de Vigo contó recientemente a la Radio Galega que María Castro se emocionó hasta tal punto en una de las sesiones de doblaje que terminó "llorando a lágrima viva" y que eso hizo a los demás llorar. La viguesa, sin embargo, aporta una gran dosis de alegría y optimismo en esta historia llena de anécdotas con la que muchos cuarentones se sentirán identificados. "María Castro es una bomba de energía, deslumbra", ha dicho el director vigués, que además contó con el arousano Tacho González ("Platos combinados"), que también participó en el doblaje de "Arrugas", y con el vigués Manuel Manquiña, para el que diseñó un personaje a su medida.
La película, con banda sonora de Love of Lesbian, ganó hace un mes el Premio a la mejor producción gallega en el Festival de Cine de Ourense (OUFF).
