Grasse, la ciudad de los perfumes, en La Provenza, ha sido declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. El organismo perteneciente a las Naciones Unidas ha inmortalizado el arte de hacer perfumes en la localidad francesa, al tratarse de una tradición que se ha ido transmitiendo de una generación a otra durante quinientos años. La Unesco ha valorado la manera en la que se cultivan las plantas y la forma en la que las procesan para extraer los perfumes que después venden las principales marcas de lujo.
La tradición perfumista empezó en el siglo XVI y tiene uno de sus símbolos en los campos extensos de lavanda.