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Thomas Vinterberg: "El Kursk acabó con la libertad de prensa en Rusia"

Fue la peor catástrofe naval de la historia postsoviética. Los 118 tripulantes del submarino nuclear Kursk fallecieron tras un accidente y un rescate lleno de negligencias y ocultaciones. El cineasta danés Thomas Vinterberg lleva la historia a su terreno -la familia, al amor, la pérdida- en su nuevo filme

El director danés Thomas Vinterberg (dcha..), durante el rodaje de "Kursk". // A Contracorriente

Pionero del movimiento Dogma y autor de títulos tan aplaudidos como "La caza" (2012) o "Celebración" (1998), Vinterberg recuerda que además de poner en evidencia a las autoridades rusas, el suceso ocurrido en agosto de 2000 en el mar de Bárents supuso un punto de inflexión en la historia de la incipiente libertad de prensa en Rusia. "Estaban abriéndose al mundo, las cosas se estaban ablandando, pero la tragedia del Kursk acabó con la libertad de prensa", asegura Thomas Vinterberg.

Con un reparto encabezado por Matthias Schoenaerts, Colin Firth y Léa Seydoux, y producido por Luc Besson, "Kursk" se basa en la investigación y el libro publicado por Robert Moore que aborda tanto la historia de sus protagonistas y sus familias como el trasfondo político y militar de la tragedia.

- ¿Qué le llevó a aceptar el encargo de dirigir la película?

-Matthias (Schoenaerts) me lo propuso, leí el guión y me emocionó. Aunque haya submarinos enormes y explosiones, sentí que la historia tocaba los temas que me interesan: la familia, la fugacidad de la vida, el amor, la pérdida y la justicia hacia el individuo. Me enamoré de la historia.

- ¿Su visión de la familia se ha dulcificado con los años?

-No. Supongo que lo dices por "Celebración", que tiene un conflicto muy fuerte y horrible en su columna vertebral, pero me importaba esa familia. El poder del conflicto no determina mi visión de la familia en general, creo que la continuidad entre seres humanos es de las pocas cosas que hacen que la vida tenga sentido.

- Sigue habiendo muchas cosas que no sabemos sobre lo que ocurrió con el Kursk.

-No sabemos cuál fue la implicación de Putin, tampoco sabemos exactamente qué paso dentro del submarino. La película se basa en el libro de Moore, que hizo una investigación profunda y habló con las familias. Lo que está claro es que las autoridades rusas decidieron no aceptar la ayuda internacional para proteger secretos navales y el orgullo nacional, y esa fue una decisión fatídica.

- También reproduce la rueda de prensa en la que los familiares de los marineros acusaron a las autoridades de ocultar información.

-Esa rueda de prensa es muy simbólica porque supuso un punto inflexión en la historia de la libertad de prensa en Rusia. Se estaban abriendo al mundo, las cosas se estaban ablandando pero la tragedia del Kursk acabó con eso. No hay más que ver lo que ha ocurrido después.

- ¿Cómo se ha recibido en Rusia la película?

-Aún no se ha estrenado. A los periodistas que la han visto les gusta porque los rusos son tratados con respeto, no están caricaturizados. Ahora bien, estoy seguro de que a la Flota del Norte de la Marina rusa no les va a gustar y la ignorarán, rechazarán o atacarán, en función de del éxito que tenga.

- ¿Porqué ha optado por abrir y cerrar la narración con un punto de vista infantil? (el del hijo del protagonista)

-Supongo que el niño soy yo. La rabia e indignación que sentí al leer la historia me recordó a cuando salía a manifestarme en los 70, con mis padres hippies, contra planes nucleares y contra la guerra. El gesto de desobediencia que muestra el niño es una especie de mensaje a mí mismo, para animarme a seguir alzando la voz por los derechos humanos, un esfuerzo por crear alguna esperanza de futuro.

- Usted creció en una comuna socialista, ¿qué valores de los que aprendió le siguen siendo útiles?

-Fui niño en los 70 y joven en los 80. En la comuna entendí el valor del sacrificio y también aprendí que si no eres suficientemente fuerte naufragas en el grupo. Los 80 dieron espacio a la gente que quería y necesitaba afirmar su individualidad, pero visto en conjunto creo que eso hizo el mundo menos interesante, más frío y obviamente más egoísta.

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