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Fede Álvarez: "De Salander me fascina que es impredecible"

El director uruguayo Fede Álvarez, durante el rodaje de la última entrega de 'Millenium'. // Nadja Klier

Vive instalado en el vértigo de una promoción que no da respiro. Aún así, Fede Álvarez, el director uruguayo de la nueva entrega cinematográfica de "Millennium", sacó tiempo para atender a FARO DE VIGO antes que al resto de medios nacionales. Álvarez (Montevideo, 1970) llamó la atención de Hollywood con un gran corto de ciencia ficción que arrasó en Youtube, "¡Ataque de pánico!". Le ficharon para un "remake" de "Posesión infernal" (2013) y hace dos años convenció a crítica y público con la alta tensión de "No respires".

-¿Cómo fue la experiencia de rodar con una "Reina" como Claire Foy? ¿Qué vio en ella para darle un cambio de registro tan brutal?

-Claire tiene esa habilidad, que muy pocos actores tienen, de poder evocar emociones con sus ojos de forma muy sutil. Sin hacer mucho, logra trasmitir a la audience los exactos sentimientos que están pasando por su corazón. Y esa característica es fundamental a la hora de interpretar un personaje tan minimalista como Lisbeth Salander.

-¿En qué se diferencia y en qué se parece respecto a la versión inicial de David Fincher?

-Los libros tuvieron una evolución en tono importante desde el primero al tercero del mismo autor, e incluso ahora al cuarto (escrito por David Lagercrantz). Donde Fincher adaptó una novela clásica de estilo "nordic noir", yo tomo un material más en línea con lo que he estado haciendo como director y escritor, que es una novela "pulp noir". Lo que le da mayor singularidad es que al personaje que está a cargo de la narrativa es Lisbeth Slander y ya no el reportero Michael Blomkvist, lo cual automáticamente rearregla totalmente el ritmo y tono de la película.

-¿Después de rodar con presupuestos modestos, tener uno mucho mayor influye de alguna manera en el trabajo, en la forma de abordar el rodaje?

-La verdad es que no. Un día de rodaje es un día de rodaje. Es bueno tener más recursos y herramientas a la hora de poner la visión de uno en la pantalla, eso sí.

-¿Conocía las novelas de Larsson? ¿Le gustaban?

-¡Por supuesto!

-¿El lector encontrará muchos cambios en la pantalla respecto a lo que leyó?

-Libros son libros y películas son películas. Uno tiene siempre la responsabilidad de adaptar. De remodelar la historia y convertirla en una experiencia cinematográfica. Si la trama evoluciona de forma diferente, los personajes es a lo que uno se aferra e intenta mantenerse más fiel.

-Aquí Salander toma el mando absoluto. ¿Qué le fascina de ese personaje?

-Cuán impredecible es. Su valentía y su espíritu prácticamente anárquico.

-Después de rodar dos películas de terror, ¿ha intentado llevar la nueva a ese terreno de algún modo?

-Tiene sin dudas toques oscuros por muchos lados, pero era algo que le iba naturalmente bien a esta película.

-Compara a Salander con una Batman feminista...

-Hay muchos aspectos en la evolución de personaje en el libro que hacen esta comparación fácil. Una chica vestida de negro que toma venganza por mano propia contra los hombres que agreden a las mujeres...

-El reparto, al margen de Foy, no tiene estrellas. ¿Es una elección personal para no distraer la atención del espectador?

-Lo es. Y además porque es importante que la estrella mayor sea Lisbeth.

-¿La parte "tecnológica" de la historia le dio quebraderos de cabeza para visualizarla y hacerla comprensible?

-Teníamos buenos asesores en tecnología y un hacker profesional a nuestra disposición durante la preproducción. Hacker de sombrero blanco que le dicen, no se preocupe.

-¿A mayor envergadura del proyecto, mayor presión?

-La presión viene de dentro, más que nada. No varió tanto en este caso comparando con las anteriores.

-¿Hay algún género que le gustaría tocar y alguno con que nunca se atrevería?

-La ciencia ficción, pero no ha surgido el guión ideal.

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