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Elogio quíntuple a una Premio Nacional

El pasado martes se hizo público el nombre de la obra galardonada: "Estamos todas bien", de Ana Penyas. Son muchas las cosas buenas que supone esta distinción

Una viñeta de "Estamos todas bien", de Ana Penyas. // Salamandra G.

Una es, por supuesto, la propia obra. "Estamos todas bien" (Salamandra Graphic) es un relato notable sobre las abuelas de la autora, contada por Ana Penyas (Valencia, 1987) no solamente con talento para lo sutil, sino con una capacidad de destilar amor, pero también respeto y admiración, que calan al lector. Sin evitar los puntos menos cómodos, como la decadencia física en la vejez, o los roces entre generaciones, que a menudo son la evidencia de que los tiempos cambian y nos cambian. Sin abandonar nunca una sutileza enorme. El dibujo es otro punto fuerte, una amalgama poderosa entre el trazo de un Mattotti minimal, el Dave McKean sin pirotecnias pictóricas, y posiblemente la pintura del lejano expresionismo alemán. Un dibujo igualmente atento a lo sutil, el gesto, la mirada pensativa, los recuerdos (lejanos solo en el tiempo). Una obra que por forma y por temática puede traspasar el umbral de los habituales lectores de cómics por tema y, en fin, por un dibujo enormemente seductor y elegante.

Segundo elogio: se premia a una autora. Es bueno que este año, y por primera vez en una década de Premio Nacional, se rompa la inercia y entre en el selecto grupo una mujer, una autora. Ya hay voces mendrugas protestando, posiblemente desconocedoras del sistema de voto y nombramiento de jurado. O incluso de la obra, se puede apostar. No ensombrecen el hecho de que este premio es de aquellos que podemos decir "ya era hora". Porque además, resulta que el cómic femenino o firmado / confirmado por mujeres en España arroja un saldo de obras tan buenas que, la verdad, apetecía celebrarlo por todo lo alto. Y en cómic, "todo lo alto" es este premio o, si acaso, el del Salón del cómic barcelonés.

Hay otro elogio a añadir a la lista de aplausos: es un premio al cómic del siglo XXI. Cuando los vaivenes y las modas han difuminado ya las tormentas dialécticas en torno a lo que es y deja de ser una novela gráfica, creo que es obvio que en 2018 "Estamos todas bien" es precisamente una novela gráfica de manual. Esto es, cómic autoral con un tema para lectores maduros y que se aleja de clichés-de-género, para atraer desde la mirada "auteur" a lectores ajenos al (maravilloso) corralillo de los cómics. Sin, obviamente, dejar de ser precisamente pura historieta (otra de los mendrugos, la suposición de esnobismo o elitismo en la categoría). Cierto que en general el Premio Nacional se decanta por novelas gráficas editadas en el habitual formato de libro, pero esto no deja de reflejar cómo se ve el presente desde la sociedad mass media, así que "una más", en 2018.

Cuarto elogio: es un cómic que reivindica el pasado (la intrahistoria de Miguel de Unamuno, tal vez, más que la Gran Historia), uno que nos es común a todos, a todas: el de nuestros padres, madres y abuelas. Y que conforma eso tan importante que es la memoria histórica, que no es sino la de una comunidad. La comunidad, al fin y al cabo, se conforma también a partir de la memoria en singular, la de quienes aún están para recordar su pasado (que es "el" pasado). Porque somos lo que fuimos. "Estamos todas bien" habla del franquismo, de la carestía de una España abollada, de la brecha entre hombres y mujeres de entonces (que inevitablemente podremos comparar con la presente). La España de emigración y natalidad sin control, de miedo a la Guardia Civil y resistencia panfletaria. No deberíamos olvidar, es importante porque fue y es, al fin y al cabo, la vida de nuestros más cercanos. Y eso reivindica este cómic. Con amor.

Y quinto elogio, que quizá es, después de la calidad de la obra, el más importante, y atañe al currículum de Ana Penyas. Diplomada en Diseño Industrial y graduada en Bellas Artes, seleccionada para realizar una residencia artística en De Licerias (Oporto, 2015), su carrera se desarrolla en el ámbito de la ilustración, pero su proyecto de novela gráfica recibirá el Premio Internacional de Novela Gráfica Fnac-Salamandra Graphic de 2017, gracias al cual ha podido publicar este "Estamos todas bien". Su primera novela gráfica.

Así el premio (el jurado constituido para otorgarlo) da un contragiro a la tónica del Nacional, que tendía tradicionalmente a premiar a autores bien consolidados o directamente a clásicos de nuestras viñetas (a través de sus últimas obras, tan sobresalientes como "Arrugas", de Paco Roca, "Bardín el superrealista" o la saga del Capitán Torrezno de Santiago Valenzuela). Nunca antes el Premio Nacional se había acercado tanto al muelle de salida de un autor. Nunca una primera obra había sido atendida por el Premio Nacional. Hay en esto un cierto retrogusto que nos habla de un presente excepcional, de una cantidad de autores y autoras, simbolizadas en la figura de Penyas, que son el necesario relevo a las generaciones pasadas. En resumen, ¡hemos tenido un Premio Nacional del Cómic muy millennial! Una apuesta por un futuro fabuloso asentado sobre un presente totalmente sólido. Bien. Muy bien.

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