Con la Iglesia ha topado y lo ha resucitado. Al guionista de "La última tentación de Cristo" le sienta bien volver a dejarse seducir por la fe, aunque el dios al que reza sea un Jano de dos rostros, esperanza y desesperación. Schrader narra la conversión radical de un autodestructivo sacerdote (brillante Ethan Hawke). "El reverendo", que arranca casi como una película de terror, con el templo vacío, como el sentido de la existencia, sobre la colina, recuerda a "Una verdad incómoda", pero va más bien de una fe incómoda, no apta para cualquier creyente. El resultado es un Schrader reflexivo y provocador, de los que hicieron historia junto a Scorsese.
