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U2, fin de ciclo

El tono de "Experience + Inoccence", el actual espectáculo del grupo irlandés, que pasó recientemente por España, parece sugerir que podría ser su última gira de conciertos

U2, fin de ciclo

Es, probablemente, el grupo de rock más importante surgido en los últimos 40 años. Todo lo que hace U2 tiene trascenencia, y su reciente paso por Madrid (y también Lisboa, con dos conciertos en cada una de las ciudades) atrajo a miles de fans de toda la península, también de Galicia.

La gira Experience + Innocence deja un sabor agridulce: las opiniones favorables han sido casi unánimes entre crítica y público, pero queda la sensación de que quizá estemos ante la última gira de una carrera musical de más de cuatro décadas, o al menos el fin de un ciclo tras el cual a la banda de Dublín solo l resta reinventarse... o disolverse.

La bombilla. Bono, que antes de actuar en Madrid visitó al Papa Francisco en Roma, abandona el escenario por el lado opuesto a sus tres compañeros, The Edge, Adam Clayton y Larry Mullen Jr., al final del concierto. Descubre una enorme bombilla, que en esta gira simboliza la inocencia, y hace mutis a la conclusión del recital mientras suenan los últimos acordes de la balada "13 (There is a light)", un tema que conecta con "Song for someone", de su álbum anterior. Así cierra U2 el ciclo narrativo que empezó con "Songs of innocence" (2014), sobre la infancia y la adolescencia, y termina con "Songs of experience" (2017), compuesto tras una experiencia cercana la muerte del cantante. El final del concierto tiene un tono crepuscular, casi testamentario. Solo falta que Bono diga: "El último, que apague la luz".

El comienzo. Suena "It's a beautiful world", del amigo de Bono Noel Gallagher (telonero en la gira de los 30 años de "The Joshua Tree"), mezclado con algunas voces sampleadas que utilizaron en "Zooropa" (1993) y se enciende la enorme pantalla que cruza el pabellón, en la que está metido el grupo, aunque no se le ve. El vídeo de introducción no estuvo exento de polémica: al principio de la gira había imágenes de una manifestación de independentistas catalanes, representados como gente que lucha por los valores democráticos, pero las retiraron después del concierto de Berlín en el que Bono perdió la voz. El propio cantante aclaró en Madrid que está en contra de cualquier nacionalismo, "catalán vasco, español o irlandés".

Repertorio fijo. Los conciertos están planteados como un musical y entre los dos que suelen tocar en la misma ciudad solo suelen cambiar una canción. En Madrid cambiaron "Red flag day" por "All because of you" la segunda noche, y además tocaron "Spanish eyes" de regalo. Los asistentes a la segunda noche de Copenague tuvieron más suerte, ya que el grupo rescató joyas como "Stay (Faraway, so close!)", "The unforgettable fire" y "Who's gonna ride your wild horses".

Causas con y sin polémica. Se puede estar de acuerdo o no con ellos, pero U2 se mojan. Lo hicieron con Trump en EE UU, lo que le costó reproches de no pocos seguidores simpatizantes de los republicanos. También su apoyo al "sí" en el referéndum de Irlanda sobre la legalización del aborto ha dividido a sus seguidores, y han tenido que matizar su apoyo a la premio Nobel birmana Aung San Suu Kyi tras su criticado papel en el éxodo de los rohinyás. Ya el año pasado en Barcelona hicieron claros guiños al feminismo en la canción "Ultraviolet", y en esta gira inciden en ello con el tema "Woman of the world take over", que en Madrid contó con la voz en off de la "triunfita" Amaia Romero. La crisis de los refugiados tiene un protagonismo especial en la enorme pantalla.

Rockeros viejos. "Un poco raro, ¿no?, un hombre viejo hablando de su madre", dice Bono en medio del concierto. Varias canciones de U2, como "I will follow", "Tomorrow", "Lemon" o "Iris", hablan de la madre de Bono, fallecida tras sufrir un derrame en el entierro de su padre, cuando el cantante era un adolescente. Y esta gira "es la historia de un chico que busca a su madre recuperando recuerdos perdidos en una casa que nunca mencionó su nombre después de haberla perdido".

Cosas de la edad. Bono tiene 58 años. Es casi seguro que en la próxima gira, si se produce, los cuatro miembros de U2 sean ya sexagenarios. No es un grupo al que le guste vivir de su leyenda, como los Rolling Stones. En esta gira no tocan ninguna canción de "The Joshua Tree", ni siquiera "Where the streets have no name", el tema indiscutible de su repertorio en directo. U2 tiene el mismo perfil de R.E.M., que se retiró en 2011 con un buen disco, en lo alto. Quizá U2 opte por hacer lo mismo. Tal vez lo sepamos el 13 de noviembre, cuando den el último concierto de la gira, en Berlín. Puede que digan adiós o se tomen un largo descanso para, como dijo Bono en 1989, antes del giro que supuso "Achtung Baby", "soñarlo todo de nuevo".

"Achtung Baby", 30 años. Otra posibilidad es que U2 celebre los 30 años de "Achtung Baby" en 2021 o 2022 con una nueva gira conmemorativa. "Acrobat", estrenada en directo en esta gira -y que aprovechan para criticar al populismo y las noticias falsas-, es seguramente el mejor momento del concierto para sus fans, cuyo sueño húmedo sería ver cómo tocan su obra maestra de 1991 de principio a fin, como hicieron con el "Joshua". Aunque los seguidores saben que en la esencia de U2 no está "glorificar el pasado mientras se seca el futuro", como dice la letra de "God Part II". Veremos qué ocurre.

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