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El negro espejo de nuestro futuro

La serie "Black Mirror", que prepara su quinta temporada, es una gran fábula crítica sobre el impacto de las nuevas tecnologías en nuestra vida. Éste es el negro futuro digital que nos dibuja episodio a episodio

El negro espejo de nuestro futuro

"Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología en la que nadie sabe nada de estos temas. Esto constituye una fórmula segura para el desastre". Así de apocalíptico se mostraba el científico Carl Sagan para describir el triunfo de la era tecnológica en el día a día del ciudadano y los peligros que conlleva utilizar unos avances de los que se desconoce todo su potencial. Esta advertencia del excelente divulgador es también la base sobre la que nace "Black Mirror", la aclamada serie de ciencia ficción que muestra, a través de capítulos independientes entre sí, diferentes fábulas sobre los peligros y el abuso de las nuevas tecnologías en la sociedad actual.

La ficción, de la que ya hay confirmada una quinta temporada, se puede ver en España a través de la plataforma Netflix. Presenta historias dramáticas que llevan al límite la dependencia del ser humano de herramientas que, pese a estar concebidas para facilitar la vida o entretener, encierran a las personas en una agobiante prisión digital donde lo único a lo que se pueden aferrar es a su propia humanidad. Muestra un futuro, pero un futuro muy cercano.

En la serie, las redes sociales son un escaparate donde el número de seguidores y los "me gusta" determinan la importancia de una persona en la jerarquía social; los videojuegos van más allá del mero ocio para convertirse en aparatos de control donde un jugador puede someter a otro con total libertad, mientras que la tecnología, concebida en un principio como ayuda, puede terminar esclavizando al usuario. Cada recuerdo, cada parcela privada de la vida puede controlarse y procesarse, lista para ser revisada por una corporación dueña de los datos personales de todos sus clientes o por el propio individuo, lo que proporciona un acceso sin límites a un pasado que puede llegar a atormentar.

Cada año, se descubre un nuevo avance que otorga a la sociedad la necesidad de adquirir aparatos que ni siquiera se habían planteado que podrían llegar a utilizar. Controles de voz para manejar cualquier elemento de la casa, relojes que permiten comprobar todo aquello que está almacenado en el smartphone, gafas de realidad virtual para ver la televisión que presentan un nuevo mundo digital y a su vez aíslan a dos personas que están sentadas una al lado de la otra. Elementos que nacen con la finalidad de hacer la vida más fácil a los usuarios y que a su vez generan una dependencia que acaba aislando a la persona frente a la pantalla.

La "tecnofobia", o el miedo que generan las nuevas tecnologías (especialmente los ordenadores), prima en cada uno de los capítulos, ya sea a través de avanzados inventos o de plataformas que existen en la actualidad. El lado oscuro de las redes sociales, muy presente en el primer capítulo de la ficción, titulado "El himno nacional", marca el ritmo de una realidad que expone el poder y el peso de la voz de los usuarios en Twitter y Facebook. No existen los finales felices en estas dictaduras digitales disfrazadas de utopías modernas donde la sociedad se encuentra limitada por lo que marcan las nuevas modas y la opinión generalizada de los usuarios, ya se razonable o no.

El futuro que plantea esta distopía (realidad alterada) puede no estar lejos de producirse, por lo que el éxito de "Black Mirror" reside en que todo lo tecnológico que abruma a los protagonistas es algo que existe en nuestro presente. Sólo está esperando a su próxima actualización.

La jerarquía de las redes sociales

Vivir y prosperar en función de la valoración de nuestros seguidores en plataformas como Facebook, Twitter e Instagram. Una idea que se muestra en el episodio titulado "Caída en picado", el cual presenta un mundo donde el éxito se rige a través de la aceptación y la popularidad en las redes sociales. Si hay poco interés por parte del público, el usuario automáticamente se convierte en un paria castigado por la sociedad. Se trata del concepto del "influencer" (persona con un amplio número de seguidores en las redes sociales) llevado al extremo.

El peligro de echar la vista atrás

Los recuerdos, incluso los más felices, son meras imágenes de un acontecimiento significativo que con el tiempo se van atenuando o incluso alterando. En el capítulo "Toda tu historia" se plantea la posibilidad de registrar todo lo que se hace, se escucha y se ve a través de un dispositivo que se les implanta a los humanos al nacer reemplazando los ojos. Una tecnología que facilita el acceso a cualquier recuerdo como si de una grabación de vídeo se tratara. La recreación de esos instantes pone fin a las mentiras, pero también permite recordar una y otra vez un momento doloroso y traumático sin posibilidad de olvido.

Chips para controlar a los hijos

Una de las mayores preocupaciones de los padres es saber dónde están sus hijos cuando no se encuentran con ellos. La tecnología de los smartphones ha permitido convertir estos dispositivos en localizadores que facilitan el rastreo de la persona que lo lleva instalado. El episodio "Arkangel" muestra cómo una madre implanta un chip a su hija para saber de ella en todo momento y, no sólo eso, además puede controlar sus emociones, censurando aquellas imágenes que pueden causarle un trauma a la menor. En resumen, un control total de los progenitores sobre sus vástagos.

Vivir para siempre en la nube

¿Hasta qué punto recopilan datos personales las redes sociales? ¿Y si una vez muerto se pudiera recrear nuestro comportamiento gracias a esa información? El capítulo "Ahora mismo vuelvo" muestra a una joven que pierde a su pareja en un accidente, pero que continúa hablando con él gracias a una inteligencia artificial que imita a la perfección el comportamiento y las emociones de su novio, hasta llegar a crear una copia en carne y hueso. Ese replicante carece, sin embargo, del libre albedrío y de conciencia, más allá de lo que recopiló del huésped original, por lo que se convierte en un acompañante que ayuda a combatir la soledad, pero carente de personalidad.

El algoritmo del amor

Hoy en día proliferan múltiples plataformas en internet que prometen encontrar el amor a sus clientes a través de un algoritmo de compatibilidad entre dos usuarios. En el capítulo "Hang the DJ" se presenta una sociedad donde las relaciones se establecen a través de una aplicación digital que dicta cuánto tiempo deben pasar dos personas juntas, mientras recopila sus datos y busca a otra pareja "más compatible". La frase "los polos opuestos se atraen" queda anulada en una realidad donde la estadística matemática determina el triunfo del amor.

Siempre identificados

En la actualidad, no es extraño ver cámaras de seguridad por todos lados que controlan los pasos de los viandantes por la ciudad. En 2014, se hizo público que la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) recopilaba millones de imágenes de rostros de personas para poder llevar a cabo un reconocimiento facial instantáneo. En "Black Mirror" capítulos como "Odio nacional y "Cabeza de metal" muestran drones basados en animales (como avispas o perros) que persiguen a su presa sin descanso ni posibilidad de errar el objetivo gracias a esa información de reconocimiento instantáneo almacenada en la red.

Dictador de su propia realidad

La potencia de las videoconsolas y los juegos actuales permiten a los usuarios diseñarse héroes a medida y gozar de una libertad plena en el mundo virtual. El episodio "USS Callister" lleva al extremo el triunfo de esa realidad digital a través de un fanático de "Star Trek" que crea su propio juego donde tiene el control absoluto del resto de personajes que le rodean. Un poder sin límites que convierte a un trabajador ignorado e introvertido en el amo de un mundo gobernado por sus propias normas y deseos.

La ley del Talión digital

"Ojo por ojo, diente por diente". Esta ley, que establece la reciprocidad en un crimen que se ha cometido, puede convertirse en un castigo rentable para una cadena de televisión que decida mediatizar la condena de un individuo en pos de la audiencia y el morbo. En "Oso Blanco", una mujer trata de escapar de un grupo de personas que le apuntan continuamente con la cámara de su móvil. Una huida que expone a una sociedad pegada a la pantalla, insensible a las preocupaciones de aquel a quien observa y a los castigos violentos que les ofrece una telerrealidad disfrazada de "reality show".

Bloqueado por la humanidad

En las redes sociales existe la posibilidad de bloquear un contacto como medida de prevención para evitar el trato con alguien no deseado. ¿Y si esa opción se aplicase en la realidad y entre personas? El especial de Navidad de la serie, que se emitió en 2014, muestra cómo un dispositivo implantado en los ojos permite a un hombre interactuar con otros y ver y escuchar lo mismo que él. Un sistema que se usa para ayudar a otros hombres a encontrar pareja. Sin embargo, esta tecnología también puede bloquear a esas personas, mostrando únicamente una silueta del individuo con la que no podrá interactuar jamás, aunque la tenga delante.

La importancia de tapar la cámara del ordenador

Leyenda urbana para unos y realidad para muchos. Los hackers pueden observar lo que hacen los usuarios de los ordenadores que han infectado a través de la cámara que llevan los equipos incorporados, especialmente los portátiles. Algo que en el episodio "Cállate y baila" se convierte en una pesadilla para su protagonista, al que amenazan con difundir unas imágenes suyas si no realiza todo lo que se le pide. La "intimidad" es un concepto que ya no existe delante del ordenador, donde siempre puede haber alguien observando.

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