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Coliflor, corazón de la huerta

Empieza la mejor temporada de una verdura sana y nutritiva cada vez con más adeptos, en simultáneo con el apego por "lo verde". La coliflor es una indispensable de la mesa que combina bien con todo

Coliflor, corazón de la huerta

Desde ahora hasta marzo son los mejores meses para consumir coliflor, aunque esté todo el año en el mercado. Es un buen componente para cualquier plato, porque es sana y admite múltiples preparaciones. Además es rica en fibra y está compuesta principalmente por agua, por lo que es muy aconsejable en cualquier dieta. A finales del XIX en Estados Unidos era una de las verduras más caras y exclusivas, mientras que en España era una comida humilde. Cocinada en su punto y bien aderezada, resulta una exquisitez, tan sabrosa como la más sutil de las verduras. A su paladar añade sus valores gastronómicos y nutritivos, que la convierten en una indispensable en la mesa.

La Brassica oleracea o coliflor es el nombre común de una variedad de col perteneciente a la familia de las Crucíferas. La parte de la planta que se consume es la inflorescencia, un conjunto de flores de color blanco marfil (aunque existen variedades de otros colores), carnosa y tierna. Las coliflores proceden de Oriente Próximo, y en los países asiáticos se vienen cultivando desde hace más de 1.500 años. Fueron introducidas en Europa desde Turquía en el siglo XVI y actualmente esta verdura se produce en todo el mundo.

Siempre ha sido un "alma mater" en la cocina pero en los últimos años aún más. Lo verde sigue reinando, merced al auge que han cogido las verduras, en simultáneo con la tendencia "healthy" tan de moda. Se ha ido desprendiendo de su mala fama de flatulenta y de su olor al cocinarla para convertirse en un ingrediente versátil que va bien con todo.

Su sabor es más suave si se acorta la cocción -deja también menos olor- haciéndola al vapor o en ramilletes grandes. Asada, frita o en puré resulta sabrosa, y para los que sean más sensibles al efecto flatulento del vegetal, se puede añadir especias como hinojo o clavo y masticar despacio. Para evitar la aparición del olor característico que desprende la coliflor durante su cocinado, se puede añadir al agua de cocción una patata o manzana y así conseguir atenuar la intensidad de su aroma. También un chorro de vinagre es otro de los trucos.

Puede consumirse cruda en ensaladas o elaborar con esta crucífera una gran cantidad de platos (como legumbres, arroz, pescados o carnes). Por sí misma también está deliciosa acompañada de patatas, huevo duro, un refrito de ajos, un poco de mayonesa o frutos secos como, por ejemplo, almendras. Puede combinarse con salsa bechamel o de queso y gratinarla e incorporarse como un ingrediente más de cremas o purés.

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