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El bosque encantado

Conserva uno de los bosques de hayas más importantes de Europa, incluida en la Red Natura 2000. Es uno de los tesoros del concello lucense de Baleira, cuna del río Eo con parajes de excepcional belleza

Hórreo y ouriceira en A Cortevella. // pasomiudo-wikiloc.com

Entre la Terra Chá y las montañas de las Sierras Orientales se encuentra Baleira, un municipio lleno de valles, fragas, montañas y agua, caracterizado por la belleza de su paisaje y por la historia del Camino jacobeo que lo recorre. Aquí la naturaleza mantiene todo su esplendor, en un medio que regala impresionantes paisajes de montaña y magníficos bosques de frondosas. A Marronda es una de sus enseñas, una fraga autóctona en perfecto estado de conservación que ocupa una extensión de 611 hectáreas entre las aldeas de A Braña, Fórneas, Mendreiras, O Real y Martín.

Más de ciento setenta especies de árboles y arbustos conviven en A Marronda. Son protagonistas de la diversidad vegetal las hayas, los castaños, los robles, avellanos, los acebos, los salgueiros y muchos otros. Entre los representantes de la variedad faunística figuran el jabalí, el corzo, raposo, la jineta, la ardilla, el azor, el gavilán... Este impresionante bosque es un tesoro paisajístico que además regala estampas cambiantes según las estaciones. Del verde intenso de la primavera y el verano se pasa al ocre y el dorado del otoño.

Además de A Marronda aparecen otras fragas de menor tamaño pero igualmente impresionantes y llenas de matices. Por tierras de Baleira discurren el río Eo y el Neira, que tienen aquí su origen. El Neira comienza su andadura en el lugar de A Fontaneira y el Eo en Fonteo al pie de un viejo castaño. En ambos espacios existen áreas de recreo para conmemorar el nacimiento de estos importantes cauces, que pasan por lugares tan espectaculares como O Pozo da Ferrería, Cortevella o Barbeito Novo.

El río Eo sorprende con sus impresionantes meandros que dibuja a su paso, dando lugar a un espectacular y caprichoso paisaje fruto de la erosión fluvial, admirable desde puntos como Cortevella y su mirador.

Por todo el término se suceden también las muestras de vestigios pertenecientes a la cultura castreña, como los castros de Antiguallas, Vilar dos Agros o Quintá. El arte sacro tiene algunos de sus mejores exponentes en la iglesia de San Miguel da Braña, del siglo XI, o la de San Pedro de Esperela, entre otras, además de la Cubilledo, erguida en honor al apóstol Santiago. Otras están igualmente consagradas al santo como la de A Fontaneira, en Córneas o en Martín.

En arquitectura popular destacan los hórreos, pallozas, molinos y numerosas construcciones etnográficas rodeadas por la magia de estas frondas donde crecen hayas, castaños y robles centenarios.

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