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Rodrigo Cortés: "El talento no es democrático"

Puso la carne de gallina a los espectadores con "Buried" y "Red lights", y ahora pretende hacerlo con "Blackwood". El director gallego dice que no busca el suspense y el terror en sí mismo, sino que le mueven las buenas historias

El director gallego Rodrigo Cortés en una imagen del rodaje de "Blackwood". // M. Pavón

Rodrigo Cortés (Pazos Hermos, Ourense, 1973) cuenta con Uma Thurman ("Kill Bill") en el papel de malvada en "Blackwood", una película protagonizada por adolescentes, aunque dirigida a todo tipo de público, que lleva una semana en la cartelera.

-" Blackwood", una novela clásica de Lois Duncan; producida por la autora de la saga Crepúsculo, Stephenie Meyer, y con Rodrigo Cortés como director. Me está dando un poco de miedo...

-Jajaja. Se basa en un clásico juvenil terrorífico de los años 70 que leyó Stephenie con 10 años y debió quedar en un pliegue de su subconsciente porque desde niña pensó que "ojalá viese esa película en algún momento". Luego decidió que solo tenía sentido hacerla si un director personal incorporaba su propia visión a la historia. Inicialmente no me creí interesado en la historia hasta que empecé a indagar en ella. Había una premisa muy cruel que la novela no explotaba y me hacía pensar en Polanski. Así que ha acabado convirtiéndose en algo distinto a la novela, algo mucho más oscuro y angustioso.

- Uma Thurman es la protagonista, la enigmática Madame Duarte. ¿Cómo ha sido trabajar con esta fiera del cine?

-Ha sido un regalo en todos los sentidos. El camino inicial sensato sería haber buscado una actriz francesa porque el personaje lo es y requería de esa sofisticación muy europea, pero Uma tiene una energía muy eurocéntrica, con una carnalidad muy atemporal. Es tan inteligente y sofisticada como parece, pero también tiene el carácter de un taxista neoyorquino, así que a los 5 minutos ya estábamos riendo y gritando, y perdiendo toda reverencia.

- ¿Qué tiene el terror, en este caso más bien esa tensión, que tanto engancha al espectador?

-El terror tiene una inevitable cualidad metafórica y resonante que permite tratar el modo en que nos enfrentamos a nuestros terrores internos manifestándolos de forma externa. Eso es algo con lo que el espectador conecta enseguida incluso sin saberlo.

- ¿ Y por qué mira hacia ese tipo de cine? ¿Se ha planteado una comedia o una cinta histórica?

-Mi primera película, Concursante, en cierta manera era una comedia sobre el sistema financiero. Pero con cierta oscuridad, es verdad, que debe tener que ver con mi forma de mirar el mundo. Y he trabajado mucho la comedia, en el cortometraje, por ejemplo. Me interesa mucho. Pero cada película es un mundo y solo cuando acabas sabes hacer esa película, conocimiento que ya no te vale para nunca más.

- ¿Como espectador qué le da miedo?

-No paso mucho miedo en las salas, ni busco el miedo como una sensación gratificante en sí. Me interesa la generación de atmósferas, pero como espectador sobre todo me interesa asistir a miradas personales. Entiendo el cine como la expresión individual de una voz y de una mirada que me conduzcan a un mundo que vibre de una forma única y que después me abandone tirado en la cuenta.

- Digamos que hace cine español pero con sello internacional. "Buried" con Ryan Reynolds; "Red Lights" con Sigourney Weaver y Robert de Niro, ahora Uma Thurman... ¿El cine no tiene fronteras?

-Desde luego todas mis películas las he rodado en España, incluida esta aunque sea una película de estudio, pero es cierto que el mundo se ha convertido en un lugar más pequeño y con las fronteras más desdibujadas que nunca y hay determinados saltos que hace 20 años nos hubieran dado enorme vértigo y ahora asumimos de forma más natural.

- No habrá sido fácil que estos actores le digan sí.

-Tratas de no pensar en la imposibilidad de algo y asumir que a lo que te dedicas es a una improbabilidad. Cuando te diriges a actores así no lo haces de una forma neutra y siempre hay reuniones previas en la que eres muy consciente de quién está examinando a quién. Tiene que producirse una determinada conexión y siempre he sido muy afortunado.

- ¿Cómo percibe el cine español en estos momentos?

-El cine español evoluciona como evoluciona la vida y el mundo. Muchas cosas han cambiado y algunas también se han perdido. Pero hay una mejor relación del espectador con su cine. Tiene una idea teórica del cine español como concepto, al que insulta, y a la vez una muy buena relación con las películas de una en una. El cine español no es un género, no es en sí mismo una familia de películas. Hay directores extraordinariamente diversos que tratan géneros muy diferentes con presupuestos distintos, y la calidad siempre será un bien limitado, aquí y en cualquier otra cinematografía. El talento no es democrático y las grandes películas siempre serán una minoría.

- Dice que el IVA no es la razón por la que la gente no va al cine. ¿Cuál es entonces?

-La culpa no es de nadie, es de la realidad. Hay cambios de costumbres y de hábitos. Evidentemente es buena noticia que haya vuelto a bajar el IVA pero 70 céntimos de diferencia no es la razón para que la gente abandone las salas. Pero incluso quien abandona las salas no abandona las historias, hay algo que demanda que nos cuenten relatos y nos lleven a lugares.

- ¿Qué le gusta ver en el cine?

-Voy dos o tres veces a la semana, así que podría decir que lo veo más o menos todo, incluso algunas películas que sé que no me gustarán. Como espectador no tengo una mirada cínica y prefiero aquello que es interesante aunque a veces sea una única secuencia en una película mediocre.

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