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Parada en una galaxia muy muy saturada

Disney echa el freno a su expansión de "Star Wars" y después del fracaso en taquilla de "Han Solo" suspende los spin-off de personajes carismáticos para centrarse en el Episodio IX, de J. J. Abrams

Parada en una galaxia muy muy saturada

El "Halcón Milenario" ha frenado. La maquinaria de Disney Lucasfilms no saltará al hiperespacio para estar continuamente en cartelera. "Han Solo" -la película menos taquillera de la franquicia desde el estreno de las precuelas- costó 250 millones de dólares y tal vez no llegue a recaudar cuatro veces esa cantidad en el mercado mundial, como se esperaba. La multinacional se replantea los spin-off como el "Obi-Wan", de Stephen Daldry, y el "Boba Fett", de James Mangold, para concentrarse en el Episodio IX, que J. J. Abrams estrenará en diciembre de 2019.

"Star Wars" o "La guerra de las galaxias", como se tradujo en España, se estrenó en la primavera de 1977 y cambió la ciencia ficción para siempre. La "galaxia muy, muy lejana" que era el punto de partida de una aventura de héroes, princesas, monstruos, naves espaciales y temibles villanos ha perdurado hasta nuestros días. "Star Wars" es una saga, una obra de culto y para muchos fans un hobby o una forma de vida.

Hasta octubre de 2012, cuando el gigante Disney adquirió la productora Lucasfilm, la dueña de los derechos de la historia de Luke Skywalker, la franquicia creada por George Lucas, había tenido dos periodos.

El primero, comprendido entre 1977 y 1983, abarca los años en los que se estrenó la trilogía original, formada por "Episodio IV: Una nueva esperanza", "Episodio V: El Imperio contraataca" y "Episodio VI: El retorno del jedi". Es la época dorada de "Star Wars" y para los fans más veteranos su magia es irrepetible.

El siguiente periodo va de 1999 a 2005. Es la época de las tres precuelas, dirigidas por el mismísimo Lucas, que cuentan la conversión de Anakin Skywalker al lado Oscuro, la caída de los caballeros Jedi y el ascenso del Imperio. El "Episodio I: La amenaza fantasma" marca el inicio de un sentimiento inexistente hasta entonces: el rechazo de los seguidores a una historia que era intocable para ellos. El abuso de modernos efectos especiales (¿cómo olvidar ese Yoda saltimbanqui?) acompañados de personajes faltos de carisma, como Jar Jar Binks o el propio Anakin, acabó con la paciencia de los que sentían arruinadas las películas de su juventud.

Sin embargo, en 2012, la galaxia dio un vuelco. Disney anunció que compraba Lucasfilm por la estratosférica suma de 3.125 millones de euros. El universo "Star Wars" era suyo. Con esa máquina de hacer dinero en sus manos, la Factoría de los Sueños no tardó en anunciar el estreno de una nueva trilogía de películas que introducirían personajes nuevos en la franquicia y detallarían el destino de los grandes héroes de la saga, interpretados por sus actores originales: Luke Skywalker (Mark Hamill), Han Solo (Harrison Ford) y Leia Organa (a la que dio vida la fallecida Carrie Fisher).

El resultado llegó en 2015 de la mano del "Episodio VII: El despertar de la Fuerza". El filme, dirigido por J. J. Abrams (creador de "Perdidos" y encargado de resucitar "Star Trek"), consiguió 2.000 millones de euros en taquilla, convirtiéndose en la tercera película con mayor recaudación de la historia, por detrás de "Avatar" y "Titanic", pero abrió la brecha definitiva entre los seguidores nostálgicos de las películas de los 70 y los 80 y los nuevos.

En 2017, llegó el escándalo. El "Episodio VIII: Los últimos jedi" generó más odio que aplausos entre los fans, quienes no daban crédito al ver a la general Leia volando por el espacio y a un héroe de la talla de Luke reducido a un ermitaño cascarrabias y desarrapado. Pese a sus 1.127 millones de euros en taquilla, supuso la ruptura definitiva con multitud de fans que sintieron que Disney había destrozado a sus héroes galácticos más queridos.

Kathleen Kennedy, la poderosa presidenta de Lucasfilm y blanco del odio de los seguidores, optó por hacer oídos sordos a las críticas que piden una revisión y mayor cuidado en los guiones y anunció nuevas entregas para seguir engrosando sus arcas. Decidió realizar diferentes spin-off (películas derivadas de la historia original) protagonizadas por personajes carismáticos de la saga. Así surgió "Rogue One", la cinta situada entre los episodios III y IV que puede presumir de ser la más oscura y de mayor calidad de esta nueva era.

Este mismo año han estrenado "Han Solo", a la que la polémica acompañó desde los primeros meses de rodaje debido al cambio de directores originales de la cinta, Phil Lord y Chris Miller, por diferencias creativas en el proyecto. El ganador de un "Oscar" a mejor dirección por "Una mente maravillosa", Ron Howard, se hizo cargo de un proyecto muy criticado por la elección del actor que daría vida al joven Han Solo, Alden Ehrenreich, que necesitó un instructor personal para mejorar su calidad en la interpretación. ¿El resultado final? Una aceptable y entretenida aventura en la que Chewbacca y Lando Calrissian (Donald Glover) acaparan parte del protagonismo. "Solo" es un claro ejemplo de lo que le está pasando a "Star Wars". Su récord de recaudación baja no se debe a su actor principal, sino a que la historia del "Episodio VIII" es un despropósito y una pérdida de identidad.

Lucasfilm ignoró las críticas hasta ahora y planificó y anunció un sinfín de películas nuevas para los próximos años. Ahora del calendario se mantiene que en 2019 llegará el "Episodio IX", la esperada conclusión de la trilogía protagonizada por Rey (Daisy Ridley) y Kylo Ren (Adam Driver).

Pero no es el final. Kathleen Kennedy quiere que Rian Johnson, el defenestrado director de "Los últimos jedi", dirija una saga completa de "Star Wars". Se ha anunciado oficialmente que los creadores de la adaptación televisiva de "Juego de tronos", David Benioff y D. B. Weiss, harán una serie de la franquicia. No se conoce su sinopsis ni su fecha de estreno, pero no se centrará en la familia Skywalker.

La pasada semana recularon respecto a los spin-off basados en la juventud de personajes como Obi-Wan Kenobi, Boba Fett y (posiblemente) Lando Calrissian. "Han Solo" quedó abierto a una continuación en ese nuevo universo cinematográfico. La empresa del ratón Mickey está "disneyficando" "Star Wars" del mismo modo que hizo con Marvel. En el caso de la editorial de cómics, Disney quiso lanzar diferentes películas de sus principales superhéroes conectadas entre sí para confluir en la titánica producción de "Vengadores: Infinity War". Una jugada que le salió redonda.

En el caso de "La guerra de las galaxias", el Episodio IV ya es su "Infinity War", por lo que su plan reside en contar los antecedentes de todos aquellos héroes que conquistaron a los fans en la trilogía original. La recaudación en taquilla seguirá engordando las arcas, al igual que la venta de sables láser, trajes y naves. Pero con una estrategia de menos abundancia. Sólo cabe esperar que las críticas y la protesta contundente de la caída en la taquilla sirvan para encaminar una historia que es mucho más que un conjunto de películas.

A los directivos, guionistas y directores de Lucasfilm: que la Fuerza los acompañe.

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