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Ringo Starr nuestro señor de los anillos

Cuando uno entra en libros y docus para husmear en lo que fue o pudo haber sido la zona más íntima del grupo más grande conocido en la historia del Sistema Solar, se percata de que muchas cosas no fueron lo que siempre pareció y los tópicos se desmoronan. Uno de ellos es la poca calidad de Ringo como músico y su poca "autoridad" en las decisiones de la banda por haber sido el último en llegar. Para empezar, parece ser que si alguien hacía callar al borde de John Lennon en sus rebotes caprichosos, ese era nuestro batería favorito. Aunque afable por naturaleza, simpático, entrañable y terriblemente gracioso, parece que tenía bastante mala baba y no toleraba nada bien entre otras cosas que Paul tocara la (su) batería en algunas versiones definitivas de clásicos de la banda, las chorradas mierderas de Lennon sobre todo en la última fase de la banda y las espesas tendencias orientalistas de George: el sempiterno sitar y tabla que desdeñaba su trabajo como base rítmica y la dieta especiada... el curry atacaba su delicado intestino (fue el primero en largarse de aquella peregrinación a la India en cuanto terminaron sus provisiones de conservas que se había llevado de casa).

John Lennon confesó que lo miraba de reojo en busca de consejo cada vez que veía que el barco escoraba a un lado y el futuro del grupo se ponía en peligro. Cuando Ringo fue el primero en abandonar la banda harto de tanta gilipollez allá por el 68 tuvieron que implorarle perdón los otros tres al unísono y llenarle la batería de flores, fue el primero en mosquearse con Yoko Ono por su constante presencia no requerida y soltárselo a la cara, fue el protagonista de las pelis de los Beatles y el más dotado (?) para la interpretación, y lo más importante: para mí fue el primer batería que aportó su instrumento al servicio de la canción, al servicio de la letra y de la melodía. No era solo aquel que marcaba con golpes precisos los espacios entre los tiempos de la misma, si no que añadió su impronta con ese vaivén tan natural, expresión necesaria desde su puesto de trabajo para aupar las composiciones de sus compañeros. De Ringo como batería se ha dicho de todo y con tendencia a la infravaloración, error de un montón de aburridos músicos tecnócratas de academia cuya sensibilidad musical se reduce y pasa por insoportables tratados sobre garrapateas y amalgamas. Hasta que aparecieron un montón de héroes del tambor, desde todos los estilos musicales poniéndolo por las nubes, Ringo no fue el referente que ahora es... ni falta que hacía: Su marca de fábrica es más que patente: zurdo que toca siempre sobre una batería de diestro, lo que hace que su forma de tocar, además de resultar deliciosamente perezosa, tenga un punto flotante inquietantemente personal (óigase la intro de "Come Together", el flow de "Cry Baby Cry" o "Strawberry Fields": magia). Como batería de rock and roll en sus comienzos era demoledor y más adelante, a la hora de experimentar, era el primero en aportar ideas locas como aflojar los parches de los tambores en "Tomorrow Never Knows" o pasar loops al revés de sus ritmos para sensaciones triperas que hicieron las delicias del respetable fan de la época, proclive a sonoridades lisérgicas.

Cuando todo terminó en 1970, Ringo empezaba a colaborar con nuevas estrellas del pop como Marc Bolan, Harry Nilsson o sus antiguos compis en solitario, así como a actuar en el cine con Peter Sellers, Zappa, Oliver Reed etc, colaboraciones no siempre limitadas a materia artística: su gusto por la fiestuqui sin fin lo llevó a serias ingestiones de alcohol y fariñaza, especialmente aquellos desfases que contaban con la presencia de su querido amigo y colega de instrumento Keith Moon, padrino de su hijo Zak hoy a la postre su sucesor como batería de los Who. Eran los primeros 70 y como beatle no solo a la batería sino además a la voz de "Yellow Submarine", "With a little help?", "Octopus's Garden", "I wanna be your man"... Ringo empezó lo suyo en solitario con escaso éxito masivo. Hasta 1973 que graba un LP titulado sencillamente "RINGO" con la participación de los otros tres Beatles, Bolan, Vini Poncia, Billy Preston, Robbie Robertson, Levon Helm, Steve Cropper y un largo etcétera de primas donnas del pop, algo que será la tónica general a lo largo de toda su carrera: hacer sus discos rodeados de buenos colegas con los que siempre cuenta por aquello de "ser vos quien sois". El single que llega a petar las listas de la época es "Photograph", una de las canciones más bonitas no solo de dos Beatles en solitario (también es de George), sino uno de los temazos del pop setentero versionado tiempo después por un montón de músicos fans como Camper Van Beethoven, Cilla Black o Bruce Springsteen.

He tocado con muchos baterías en mi vida y se podrían dividir en dos grandes grupos: los pro y anti Ringo... Mejores o peores, siempre los primeros tocaban más bonito. Gracias al señor de los anillos por tanta belleza tras dos baquetas.

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