Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Camino de santidad

Declarada conjunto histórico artístico, está vinculada desde hace siglos a la vida y la obra de Santa Teresa de Jesús, cuyo Año Jubilar sigue hasta octubre

Panorámica de Alba de Tormes. // vivacecamara.es

En el Año Jubilar Teresiano, que acaba el 15 de octubre, se multiplican las visitas tanto a Ávila como a Alba de Tormes, villa salmantina íntimamente ligada a la vida y muerte de la primera doctora de la Iglesia que alberga un magnífico conjunto histórico artístico.

Esta antigua localidad medieval fue cabeza de los estados ducales de la poderosa familia de los Álvarez de Toledo, el más antiguo linaje patrio, antepasados de los duques de Alba. La relación que mantuvo la doctora de la Iglesia con Alba de Tormes quizás sea la causa de que proliferasen en el conjunto urbano iglesias y cenobios. Pero los hay muy anteriores a la época de la santa, como el románico-mudéjar del templo de San Juan o el de Santiago.

En Alba vivían familia, amigos y mecenas de Teresa de Cepeda y Ahumada. De inconfundible fachada renacentista es el convento de las Carmelitas Descalzas, fundado por la mística andariega en el siglo XVI. Los monasterios de las Dueñas y de San Leonardo, o el convento de Santa Isabel de estilo renacentista con artesonado mudéjar son otros edificios religiosos de gran interés.

Teresa de Jesús fundó en 1571 el convento de carmelitas descalzas de la Anunciación en Alba de Tormes, y en este convento moriría en 1582. Fue su octava fundación y en él vivió en varias ocasiones. Este Carmelo teresiano conserva su cuerpo incorrupto y dos de sus reliquias más insignes: el brazo izquierdo y su corazón. La rama masculina de la orden nacida de la reforma llevada a cabo por la mística también tiene sede en la villa ducal, levantado el edificio entre 1691 y 1695. Fue el primer templo del mundo dedicado a San Juan de la Cruz, compañero de fatigas de Santa Teresa en su labor reformista.

Dentro de la arquitectura civil no hay que olvidar el puente medieval sobre el río Tormes, una de las postales emblemáticas de Alba, de donde toma el nombre. La visita a todo este patrimonio puede comenzar por la Plaza Mayor, a cuyo recogido espacio abren sus fachadas el Ayuntamiento y varios edificios porticados.

En el otro extremo del casco antiguo el castillo de los Duques de Alba define el horizonte albense. En sus cercanías aún mantienen viva la tradición algunos de los afamados alfares de la villa, que producen una de las más singulares cerámicas de la península, de inconfundible color rojo.

Compartir el artículo

stats