El dúo vigués Cómplices acaba de publicar su nuevo vídeo, todo un homenaje a la belleza de las Rías Baixas. Imágenes de Praia América, la fortaleza de Baiona, O Grove o el castillo de Soutomaior acompañan la música de "Un lugar en el mundo", la canción del videoclip. "Llévame a vivir donde quiero morir", reza uno de sus versos. En esta entrevista Teo Cardalda hace balance de treinta años de Cómplices y repasa también la actualidad sin pelos en la lengua.
- Hace ahora tres décadas que Cómplices publicó su primer disco ("Manzanas", 1988). ¿Cómo se ve Teo Cardalda después de tanto tiempo?
-Me siento muy orgulloso de estas tres décadas, sobre todo de los amigos que he hecho y de las cosas que he vivido. La pena es que en este tiempo el espíritu que se tenía, sobre todo en los 80, ha cambiado mucho. La música se ha convertido en una especie de circo en el que la gente que comienza y quiere hacer cosas se siente poco arropada. Lo de Televisión Española, por ejemplo, es vergonzoso. Hace negocios privados con un programa como Operación Triunfo mientras que se cierra a las novedades. Las compañías de discos no han sabido adaptarse a los nuevos tiempos y ahora practican unas maneras tremendas para la gente que empieza. Por eso en lo que se refiere a la música tengo una mirada de nostalgia, igual que la tiene mucha gente. Y por eso grupos como nosotros, o La Unión o Los Secretos seguimos teniendo muchísima demanda. La gente echa de menos no solo la música, sino también el contexto.
- Julien Temple decía hace poco que no ha vuelto a haber un movimiento musical con el impacto del punk. Usted que viene del Vigo "punkoso" de los 80, ¿cómo lo ve?
-Estoy de acuerdo con él. Bueno, sí ha vuelto a haber un movimiento musical tan impactante, pero es apestoso: el reguetón. Es un cáncer para la música mundial, lleno de letras superficiales, machistas...
- Es lo que decían los más mayores cuando nació el punk...
-Ya, pero el punk tenía otras tripas. El reguetón es el reflejo del mundo que vivimos, para mí es deleznable, una música perfecta para un mundo con Donald Trump de presidente... Son tiempos muy feos y el reguetón es un reflejo de eso. Debería haber un parón o un retroceso, que se cayera el satélite que sostiene el 4G y nos paráramos a reflexionar.
- ¿Alguno de sus cinco hijos escucha reguetón?
-Mis hijos escuchan de todo, pero inteligentemente han descubierto a Nirvana, a los Beatles, a los Creedence, lo han hecho ellos solitos, aunque a veces les aconsejo. Respecto a lo que decía Julien Temple, yo creo que lo más parecido al punk ha sido el rap, que es una música necesaria en un concepto social en el que la calle está más vivo que nunca. Yo creo que el rap sí merece mucha atención.
- Me va a perdonar, pero creo que su primer grupo, Golpes Bajos, fue más revolucionario e interesante que Cómplices...
-Siempre me dicen que Cómplices era más convencional, pero es algo que no puedo controlar. Yo viví con Golpes unos años maravillosos, no solo por el grupo, sino por el contexto del país. Descubrías muchas cosas pese a tener muchos menos medios que ahora, era todo muy romántico. Y puede ser que en Cómplices me aburguesé; no sé, tenía otra compañera, otro momento... Las dos etapas han tenido muchas cosas en las que he acertado y me he equivocado. Lo bueno es haberlas vivido.
- "Es por ti" es la típica canción que suena cuando se habla de la época en la que se publicó (1991). ¿Cómo se lleva esa losa?
-Es como tener una hija a la que quieres muchísimo pero hay que reconocer que... joder. Ha aguantado carros y carretas, la han versioneado muchísimas veces... Es curioso pero es de las canciones que hice más rápido. Es una canción inevitable y a mí de mi carrera me gusta la cantidad de canciones diferentes que hay, y la cantidad de tortas que me he pegado. El éxito es perjudicial para la creatividad. "Es por ti" está ahí, y tengo que asumirlo y que tocarla, y nos ha dado muchísimas alegrías.
- ¿Echa de menos aquella fama?
-Me sigue gustando muchísimo tocar, estar en contacto con la gente. En América aún hacemos conciertos para 10.000 personas, pero no echo de menos nada estar en primera línea. Como dice Fito, me gusta estar al lado del camino, ayudando a gente que quiere salir, produciendo y sobre todo ser testigo de toda la barbarie cultural, social y política.
- ¿Y eso cómo lo combate un hombre sentado ante un piano?
-Pringándote, lo importante es no tener miedo y decir las cosas, como hice con aquellas declaraciones sobre los derechos de autor. Tengo una actividad gorda contra las multinacionales, por todo lo que han hecho y siguen haciendo contra la música en nuestro país.
- Hablando de negocios. Tras treinta años trabajando y conviviendo con la misma mujer (María Monsonís), ¿refuta usted aquello que decía Vito Corleone de "amistad y negocios, agua y aceite"?
-Yo creo que es el mismo caso de Jagger y Richards? Todos los grupos son una especie de matrimonio, pero es verdad que con María llevo ya muchísimos años y cada vez me aguanta menos (ríe). Yo intento convencerla haciéndole alguna canción para que siga conmigo, pero es todo muy intenso...
