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Oscuro como la boca del metro

"El día 3", un cómic valiente, escrupuloso con los acontecimientos y sin ganas de tibieza en la denuncia devuelve a primera plana uno de los casos más flagrantes de manipulación política en España

Una viñeta de "El día 3". // Astiberri

El 3 de julio de 2006, a cinco días de la visita del papa Benedicto XVI a la ciudad levantina, Valencia vivía el peor accidente de metro de la historia de nuestro país. Las vías de la estación de Jesús se cobraron 43 vidas e hirieron de gravedad a 47 personas. Los representantes institucionales se dieron prisa en pasar página, ante la inminente llegada del Papa, y como dice la nota de prensa de "El día 3" (Astiberri), el blindaje gubernamental obstaculizaba las investigaciones y una densa capa de olvido se extendía sobre la tragedia.

La acción de las víctimas, incansable, y porqué no, quizá un espacio televisivo de gran impacto mediático (dirigido por Jordi Évole), rescataron del olvido y de debajo de los poderosos engranajes un caso para el oprobio de nuestra clase política. Para este libro Miguel Á. Giner Bou y Cristina Durán han colaboracido con la periodista Laura Ballester (periodista en Levante-EMV, del mismo grupo editorial de FARO, y ganadora del "Premi de l'Ateneu Cultural de Torrent en 2012, el premio de la Cartelera Turia a la mejor contribución periodística 2014, el Premio de la Crítica Valenciana 2016 en la modalidad de ensayo a la obra "Luchando contra el olvido. El largo trayecto de las víctimas del metro de Valencia" -Sembra Llibres, 2015- y el premio Libertad de Expresión 2016 de la Asociación de Vecinos de Patraix). Y su gran valentía ha sido deshacerse de las medias tintas, y crear una obra que testimonia y a la vez denuncia sin sordinas. Desde su punto de vista y con sentencias en el puño, alzado como antenas al cielo, que diría una banda de rock canadiense.

Es valiente porque cuando un autor expone así, con sinceridad y emoción, también con indignación, unos hechos controvertidos puede presuponer que le van a caer por todos los lados. Y lo acepta porque debe hacerlo. Lo importante de la obra, sin embargo, no es su posicionamiento, sino el hecho de hacerlo, posicionarse. Porque la lectura en primer lugar, más que una transmisión exacta de hechos (que también) transmite esa necesidad epiterial y estomacal de quienes han sido testigos de los sucesos narrados y quienes los han investigado. La proximidad del fuego quema la piel. Siempre. Por eso "El día 3" es una obra hermosa, valiente, de esperanza e indignación en primera persona del singular, y no solo un reportaje periodístico.

Esta novela gráfica es un trabajo denso, de datos, de hechos, y funciona como cómic periodístico perfectamente. Pero pesa sobre todo la mirada personal, de autor, que es sublimada en cada viñeta, en cada expresivo rostro que dibuja Cristina Durán. En cada metáfora visual (no las destriparé aquí, será cosa de comprar el libro para descubirlas). Posiblemente todo esto, la mirada implicada, sea también cosa del periodismo. De un periodismo que no se aleja del calor palpitante, que aplica la masa gris a lo emocional, que empatiza. Desde esa empatía con lo investigado el periodismo tiene derecho a denunciar su verdad. A acertar. También a equivocarse (del mismo modo que cada quien discute en su entorno este y otros temas, con acierto o no). Algunos pensamos que dan en el clavo, pero esto no es el mayor galón del libro.

Porque además de un trabajo sincero y arrojado, Laura Ballester, Miguel Á. Giner Bou y Cristina Durán no entregan una obra donde la forma es algo menor, sostenida por un fondo digamos de impacto mediático (el caso lo es, y por eso la publicación de esta novela gráfica ha recorrido los principales medios de comunicación en su estreno, incluidos espacios donde raramente se atiende al cómic).Esto es, no nos encontramos ante una obra mediocre que piensa que simplemente por el trema trascendental va a tener un buen andamiaje. Esto hace mucho que se ha superado, en la era de la novela gráfica la exploración del discurso del cómic (que dirían Luis Gasca y Román Gubern) se da la mano con los temas más atractivos sin desatender ningún aspecto de la obra. Es el caso de "El día 3", una obra de composición esmerada, con páginas elegantes y que llevan al lector en volandas. Una obra donde destaca el empleo del color, un bitono rasgado por aquí y por allá con un rojo sanguíneo ominoso. Un dibujo que ya es marca de la casa, con un aire naive que da una pureza especial a la mirada de los autores sobre los hechos narrados.

Hace poco se reeditó en un solo volumen el díptico "Una posibilidad", en la misma editorial Astiberri, en el Bou y Durán relatan su experiencia como padres alrededor de la parálisis cerebral infantil: la lucha, el amor y todas las zozobras que esa situación personal pueden provocar en una vida. Fue un trabajo sólido, emotivo y recomendable sin reservas. Ahora su batería de ideas narrativas y su poderoso estilo visual han crecido, se han refinado y entregan una obra más sólida aún, equidistante de lo emocional y lo reflexivo, el cerebro y las tripas. Demuestran además que tras un trabajo tan personal como aquel no se han vaciado, y son una célula sensible, reivindicativa y con ganas de, creciendo como autores de cómic, entregar obras tan importantes y honestas como esta radiografía de un terrible accidente y sus consecuencias.

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