Las cifras de "Loving Vincent", 125 pintores, casi 60.000 cuadros pintados al óleo, uno por uno, al estilo del maestro a partir del rodaje de las secuencias con actores reales..., impresionan. También lo hace, y admira, que sus directores, Kobiela y Welchman, lograsen mantener una década la pasión para hacer realidad su homenaje al pintor. El resultado también impresiona, deslumbra y embruja, no solo a los aficionados a la obra de Van Gogh, sino también a quienes valoren los trabajos delicados y cuidados. Y como la estética es imbatible, la historia, un thriller en torno a la muerte del postimpresionista que sirve para revelar su personalidad y desgranar sus obras maestras, pasa a un segundo plano. No obstante, importa, porque sin ella sería una obra vacía.
Una película que impresiona