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Arte en el bosque

El monacato benedictino tuvo en Carboeiro una de sus joyas medievales. El monasterio silledense sobresale en medio de un hermoso paisaje a orillas del río Deza

Arte en el bosque

El enclave donde se alza el monasterio de San Lourenzo de Carboeiro conserva intacta toda su magia, en un paraje junto al río Deza declarado Lugar de Importancia Comunitaria, dentro de la Red Natura 2000. Emblema del concello de Silleda, el cenobio es una de las obras cumbre del románico ojival en Galicia, con la influencia del maestro Mateo y de su escuela en dos de sus portadas.

Envuelto por la espesura del bosque y a la orilla del río, como gustaban antaño los anacoretas, se supone que su origen está en la antigua ermita dedicada a San Lorenzo, perteneciente a un ermitaño cuyo nombre era Egica. Más tarde, don Gonzalo y doña Teresa, Condes del Deza, llevan a término la abadía, que vive su época de esplendor durante los siglos XII y XIII, época de la que data su iglesia, una joya románica con planta de cruz latina y tres naves. Su ornamentación está vinculada a la influencia de la catedral compostelana, especialmente en la puerta principal -la más adornada-, con figuras de los veinticuatro Ancianos del Apocalipsis.

Además del poderío de su arte, el conjunto es una compleja obra arquitectónica, un auténtico alarde en ese tiempo, pues tuvo que enfrentarse al gran desnivel existente en la parte oeste. Esto obligó a la construcción de una cripta de grandes pilares que permitiesen salvar el terraplén, uno de los numerosos atractivos de esta edificación, que cuenta con una acústica excepcional. Exteriormente tiene la forma de un gran ábside semicircular perforado por tres saeteras de medio punto.

La abadía aún sigue dando sorpresas años después de su restauración y de su apertura al público, ya que recientemente fue descubierto un grabado románico en la cripta que representa lo que puede ser un caballo. Al cierre de 2017, el monasterio se confirmaba, según el número de visitantes, como uno de los monumentos más frecuentados de la comarca, con un total de casi 19.000 personas.

Además del monasterio, un monumento en sí mismo, otro de los atractivos de la zona es su enclave y las rutas para conocerlo. Del cenobio parte un sendero hacia las cataratas del Toxa que permite apreciar la belleza del paisaje. En las fervenzas, el río y la roca se funden hasta formar las cascadas de mayor altura de Galicia, con más de sesenta metros. La caída de agua se encuentra enclavada en un paisaje con flora de especies autóctonas únicas, verdadera "botica"de los monjes del monasterio de Carboeiro. Ambas joyas patrimoniales están conectadas a través de la Ruta do Deza.

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