Construido donde hubo un antiguo castro, en la zona sur de la urbe, sobre un promontorio, el castillo de Santa Maria da Feira domina la línea del horizonte con sus cuatro torres abovedadas, y su existencia es la raíz del poblamiento de la zona. Es una de las fortalezas más bellas de Portugal, emblema del concello y todo un símbolo de identidad.
La diversidad de los recursos defensivos utilizados entre los siglos XI y XVI hacen del castillo un ejemplar único de la arquitectura militar portuguesa. A lo largo de la historia desempeñó diferentes funciones: fue castro de ocupación romana, baluarte contra las invasiones normandas, fuerte militar en la época de la Reconquista, morada de familias reales y nobles? Perfectamente reconstruido e inconfundible con su aspecto de castillo de cuento, desde hace años ejerce de dinámico polo cultural de la amplia región en la que se ubica, antiguamente denominada Terra de Santa Maria.
Famoso es el Viaje Medieval que todos los años -en agosto- se realiza dentro y alrededor de la fortaleza, como célebre es también el parque temático -Perlim- que cada diciembre enciende de magia navideña el castillo y su entorno. Una ciudad de ensueño y fantasía emplazada en un auténtico fortín que, desde hace diez años, seduce a todos los públicos.
Cuentan estas tierras de Feira con una gran riqueza paisajística y arquitectónica, constatable en los jardines de la ciudad, la Quinta do Castelo o Porto Carvoeiro, entre otros. La sede del municipio fue desde siempre lugar de paso y también de encuentro, que debe su nombre a la antigua tradición de realizar ferias y mercados semanales en la Praça do Rossio. Es obligado un paseo demorado por las calles sinuosas de la urbe, alineadas con las casas de los comerciantes de los siglos XVIII y XIX.
Próximo al castillo, el convento dos Lóios se distingue por sus dos campanarios simétricos y la belleza de su arquitectura. Presenta una exposición permanente dedicada a la arqueología, historia y etnografía que explica desde el origen de los asentamientos humanos al desarrollo del territorio. El Museo del Papel, por su parte, fue votado en 2011 como el mejor museo de Portugal por la Asociación Portuguesa de Museología, y en las Caldas de São Jorge se encuentran las afamadas termas -con más de 200 años- que proporcionan relax y bienestar. En un concello que ha apostado por la cultura se encuentra también el Europarque y el Visionarium, además de otros espacios como el Museo del Corcho de Santa Maria de Lamas o el Parque Ornitológico de Lourosa.
