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El bosque encantado

Visitar la localidad cántabra de Cabezón de la Sal permite conocer el espacio protegido de Monte Cabezón, declarado Monumento Natural en 2008, donde se encuentra una espectacular fronda de secuoyas con más de 800 ejemplares

Museo de la Naturaleza de Carrejo (MottaW)

Enclavado en la ribera del río Saja, a los pies de la sierra del Escudo, Cabezón de la Sal está rodeado por una diversidad de pequeños pueblos que configuran, junto a la cabeza del municipio, una de las comarcas más bellas y significativas de la zona occidental de Cantabria. A pocos kilómetros, en el camino que va desde Comillas hasta esta localidad cántabra, se encuentra un lugar mágico poblado de gigantes verdes, el bosque de secuoyas de Monte Cabezón, declarado Monumento Natural en 2003.

Este espacio protegido tiene más de 800 ejemplares de secuoyas, una especie poco habitual en España, cuya historia comienza en los años 40, época en la que la industria maderera de la zona plantó los primeros ejemplares para su posterior explotación. El resultado es un tupido bosque de gran altura, con árboles de más de cuarenta metros, y una senda que permite un agradable paseo en todas las épocas del año.

A veces la fronda es tan tupida que las copas se pierden en el cielo sin apenas poder colarse un rayo de sol. A lo largo del trayecto hay claros que permiten ver espacios donde pervive arbolado autóctono: robles, castaños, avellanos? El sendero en ocasiones sube o baja, con escaleras o puentes de madera, siempre apto para todos los públicos. El Monte Cabezón se repobló con Secuoia Sempervivens, originaria del Pacífico de los Estados Unidos, que puede llegar a medir hasta cien metros. Aparte de su tamaño, lo que caracteriza a este árbol es su longevidad (pueden llegar a superar el millar de años) y su rapidez de crecimiento, casi dos metros al año en su primera década de vida.

Además de pasear entre estos majestuosos árboles, Cabezón de la Sal tiene mucho que ofrecer. En la localidad próxima de Carrejo se encuentra el palacio de Pedro Ygareda, un edificio de mediados del siglo XVIII de gran valor arquitectónico, con dos pisos y capilla. En la actualidad acoge el Museo de la Naturaleza de Cantabria, que consta de cuatro salas de exposición de fauna y flora de la región y una sección de muestras temporales.

Carrejo es un hermoso núcleo urbano, lleno de casonas interesantes, lo mismo que la capital municipal, Cabezón. Fue un importante punto para la extracción de sal con el Imperio romano y hoy es una villa destacada de calles señeras y casas típicas e hidalgas. Un paseo por sus rúas y plazuelas que dormitan a la sombra de los siglos descubre al visitante interesantes palacios como el de La Bodega -del siglo XVIII- y casas solariegas como la del Conde de San Diego. Pero existen otros muchos inmuebles blasonados en la parte vieja de la población, además de palacetes decimonónicos de influencia francesa e inglesa, como la casa neoclásica de Los Arcos.

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