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Love of Lesbian: "La fórmula pasa por intentar dar el 150% en cada concierto"

Son los reyes indiscutibles de los festivales de verano, pero esta noche la banda de de Sant Vicenç dels Horts, Barcelona, actúa en Nigrán sin otro grupo que les preceda. Regresan los ilustres fundadores del "Club de fans de John Boy"

Una foto promocional de Love of Lesbian // FARO

Santi Balmes -que habla para VISADO- y su banda vuelven a Galicia. Después de actuar el pasado fin de semana en el festival V de Valarés, de Ponteceso (A Coruña), esta noche actúan en el Pazo de Cea de Nigrán, donde se han agotado las entradas. Galicia, donde han hecho muchos amigos, entre ellos fans incondicionales, es casi su segunda casa.

-La gira La noche eterna. Los días no vividos debió ser extenuante. ¿Cómo acabó?

-Mal; al menos servidor. Dimos demasiadas vueltas al tiovivo, y no veíamos el momento de pararlo. Fue como vivir en medio de un torbellino.

-Recibisteis un disco de oro por "El Poeta Halley". ¿A Love of Lesbian no le afecta la crisis? Hasta sonáis en Los 40...

-Claro que nos afecta. Siempre hemos dicho que en otra época hubiésemos vivido de la venta de discos, pero estamos en un país en el cual, pese a ser conocidos, las ventas físicas son irrisorias. Entonces la fórmula pasa por intentar dar el 150 % en cada concierto; no hay otra. Convertir todo lo que hacemos en una experiencia que, de alguna manera, te transforme. Esa es la intención.

-Le debéis mucho a los festivales. ¿Qué opinas? ¿Siempre tocan los mismos?

-Hay que tener en cuenta que tocar en un festival implica mostrarte delante de una cantidad de gente casi desconcertante. Tienes que saber que entre ellos hay fans y otros que pueden rechazar tu propuesta. No tengo ninguna opinión formada. Cada festival tiene su propia idiosincrasia, pero evidentemente se deben a las leyes del mercado. Si una banda funciona, si saben que convocan a un número equis de personas, no van a dispararse en el pie y no llamarte. Hay mucha demagogia en este sentido. Lo que me preocupa de verdad es que los conciertos de sala se vean afectados. Estamos en una época de playlist, de pica-pica. No se profundiza en general en ninguna banda, pero es normal, debido a la ingente cantidad de oferta cultural que sale cada mes.

-Los festivales son vuestro fuerte, pero el último disco es más reflexivo que festivalero. Hace siete años explotó una burbuja de festivales. Ahora se habla de otra. ¿Love of Lesbian la ven?

-Constantemente tenemos imputs sobre esa burbuja. Evidentemente algunos caerán, otros renacerán de sus cenizas con otro nombre. Algunos necesitan tiempo para asentarse, y otros triunfan desde la primera edición por haberse posicionado de una manera muy concreta. Es como un ecosistema que se ha creado y aún ignoramos sus ciclos. Sinceramente, la idea de montar un festival me da dolor de cabeza. Menudo marrón [risas].

-La idea del viaje es muy recurrente en Love of Lesbian. ¿Por qué?

-Porque las personas estamos continuamente viajando, aunque no nos movamos de la silla. Es un viaje temporal, físico, empírico, emotivo, mental. Tocar en una banda incrementa esa sensación hasta el límite.

-Aún hoy sorprende vuestro éxito. No sois un grupo fácil. No tenéis melodías adhesivas. Tu voz no engancha a la primera. ¿Qué pasa?

-Me he rendido a averiguarlo. Pero puedo asegurarte que las cosas no obedecen únicamente a un solo motivo. Son muchos factores los que entran en juego. Tantos que, con uno solo que falle, no sucede.

-Si "Psiconautas" es un hito, ¿qué es tener a Serrat en el estudio?

-Una experiencia más allá del bien y del mal. Algo impensable. Un auténtico placer para los oídos escuchar esos versos en la voz de Serrat.

-En 2017, Love of Lesbian cumple dos décadas. ¿Habéis preparado algo especial?

-Personalmente soy muy poco protocolario. Me da la sensación de que esos ejercicios de aniversarios entorpecen el día a día en un aspecto creativo. Soy muy poco de mirar atrás, excepto para componer. O puede que se me hayan caído los retrovisores.

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