A Jorge Pardo siempre le han llegado hondo las músicas del jazz y el flamenco. Uno de sus primeros hitos profesionales tuvo lugar en el mítico grupo de fusión Dolores, junto al cantante Pedro Ruy-Blas y el pianista Jean-Luc Vallet, entre otros. Posteriormente, el mismísimo Camarón le invitaría a grabar "La leyenda del tiempo", un disco que rompió todos los moldes flamencos. Su participación en el sexteto de Paco de Lucía le llevó por todo el mundo, como luego sucediera a raíz de su integración en la banda Touchstone de Chick Corea.
Lo último que ha publicado es "Djinn" (que significa "genio" en árabe), un proyecto que fusiona el groove con los orígenes del flamenco.
-Jorge Pardo, elegido mejor músico de jazz europeo por la Academia de Jazz de Francia. ¿Por qué crees que te premiaron? ¿Qué importancia le das a los premios?
-Cualquier mención es bienvenida siempre. En este caso, creo que tenían también a una generación de músicos españoles que a nivel oficial no nos habían dado ni agua para este largo recorrido...
-Se cumplen 25 años de la muerte de Camarón, elevado a mito. "La leyenda del tiempo" rompió todos los moldes flamencos. ¿Qué recuerdos guardas de tu paso por esa grabación?
-Caótico proyecto y sin resultado comercial en su momento. Cuando uno tira una piedra al centro del estanque, tardan en llegar las ondas a las orillas.
-Tú que estuviste cerca de él, ¿qué tipo de músico consideras que era? ¿Qué ha significado Camarón para Jorge Pardo?
-Cuando estás al lado de alguien con mucho arte como Camarón, más que aprender algo en concreto -que también- te impregnas de su esencia. Hombre callado y con un gran mundo interior.
-También se te recuerda mucho por tu trabajo junto a Paco de Lucía. ¿Cuánto te marcó? En una ocasión te vi con el Sexteto acompañando a Paco de Lucía en el Colisseo dos Recreios (Lisboa), con el disco de Falla. Fue algo increíble.
-Pues tú lo estás diciendo... Esa banda tenía una fuerza descomunal, quizá dada por esa generación, por nuestra vivencia y vehemencia, como también por la gran cantidad de conciertos que hacíamos. Todo eso te marca para siempre.
-En tu web leo sobre tus clases magistrales: "Tengo 56 años, soy payo, no soy andaluz, sino madrileño, y hago flamenco". ¿Es para dar ánimos?
-Goethe contestaría que el arte y la ciencia son bienes sublimes del espíritu y pertenecen al mundo entero sin importar de dónde vengas ni qué condición tengas, siempre respetando tus orígenes.
-¿De dónde nació ese afán de explorar nuevos caminos?
-Estás tan ocupado sintiendo lo que haces que no te da tiempo a pensar en si eso va a trascender. En este momento de mi vida, uno ya va sabiendo que lo que hiciste hace unos años solo se hará visible tiempo después. Como te dije antes de gente como Camarón, Paco, Pedro Ruy-Blas, Carles [Benavent], Chick [Corea], etc., más que aprender algo en concreto, te impregnas de ese gusto por adentrarte en lo desconocido.
-Introducir el saxo y la flauta en el flamenco supongo que no estuvo exento de críticas. ¿Cómo las has capeado?
-La peor crítica es que te ignoren, y también he pasado por eso. ¿Mi ventaja? Haber podido llenar la nevera, estar siempre aprendiendo, tener ilusión y hacerlo cada vez mejor y mejor.
-¿Por qué te has sentido siempre atraído por la fusión de estos dos géneros, el jazz y el flamenco? ¿Te han ayudado las fusiones a conocer el arte jondo?
-Uno a veces va aprendiendo de lo de fuera y, casi sin darse cuenta, poco a poco se va metiendo hacia dentro. Al final la música y el arte es trance, y esa es la jondura. También se van descubriendo las cuestiones esenciales y fundamentos. Pero sobre todo tienes que amar lo que haces. Tanto el jazz como el flamenco han sido culturas que he tenido siempre muy cerca, pero también a Hendrix, Juan Sebastián Bach, la música caribeña, sudamericana, oriental y un largo etcétera.
-Con tantos conciertos, habrás vivido experiencias memorables. ¿De todos los músicos que has conocido, cuál es el que más te ha impresionado?
-¿Un concierto en el Amazonas en una tribu perdida, quizás? ¿Una sesión en Maputo con Cheny? ¿Unas tardes perdidas con Camarón enseñándome una taranta? ¿Cualquier concierto con Paco y sus compañeros? ¿Estar en el estudio escuchando cómo graba Gil Goldstein un solo de acordeón? Podría seguir así hasta aburrir, ¿pero por qué no mi próximo concierto?
-¿Tocas más en festivales de jazz o de flamenco? ¿Te sientes más reconocido fuera que dentro de España?
-Parece que todo en mi vida es un eterno yin yang. Casi todo a partes iguales
