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Simplemente blanco

Pureza y elegancia van unidas a los ambientes en tonos claros, ideales en verano y el resto del año

Dormitorio en tonos claros.

El poder de una habitación en blanco es tan solemne como relajante. Limpieza, elegancia y hasta un halo de pureza se unen en ambientes típicos del verano, pero aptos para todas las épocas del año.

Para muchos profesionales de la decoración el blanco es más que una tonalidad. Encarna un estilo, una forma de disponer los elementos y un modo de dar mayor protagonismo a las piezas de mobiliario.

El blanco agranda el espacio. Pero esta propiedad puede convertirse en arma de doble filo. La estancia puede llegar a parecer demasiado vacía o desangelada si no se introduce algún tipo de contrapunto. Una posibilidad es usar un leve tono gris en las tapicerías, o jugar con el color maquillaje en alguna zona de las paredes.

Los solados en tarima oscura pueden suponer un contraste excesivo, así que será mejor elegir un parqué claro, que, por otra parte, es una de las últimas tendencias. Si hay componentes que alegran al blanco allá donde está ésos son las plantas y flores que lucen al máximo colocadas en enormes jarrones de cristal transparente.

Mantener la tonalidad a lo largo del tiempo no es nada fácil. Así que si hay niños a la vista será mucho mejor optar por el marfil y la gama de los beige o incluso recuperar el amarillo limón, siempre en una textura satinada y consistente. Este precepto sirve también para el blanco. Un truco para que las paredes no parezcan tristes muros encalados es emplear pintura de exteriores, con brillo, mucho más consistente que las que se suelen usar para los interiores en España.

El dormitorio blanco conlleva un riesgo que puede combatirse con detalles como el dosel de forja que aparece en la imagen inferior, o las lámparas de mesita con las pantallas oscuras. Las alfombras en tonos naturales y algún cuadro colocado de forma estratégica son soluciones sencillas para alegrar la habitación. Para dar un toque de modernidad es útil asociar el blanco con el negro o el gris y añadir toques de color en los accesorios. La cocina es otro de esos lugares de la casa en los que el blanco siempre ocupa un lugar de honor. En estos casos lo más recurrente es colocar electrodomésticos de acero y mantenerlos exquisitamente pulcros para que no pierdan su fulgor.

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