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Conciertos fuera de cobertura pero nunca apagados

Marc Ros, vocalista de Sidonie, y Zahara, durante el concierto Cómplices de Mahou en Vigo. // C.M.

El formato Cómplices de Mahou, que se estrenó fuera de Madrid en Vigo el pasado miércoles, se asemeja a la serie "Storytellers" que desde hace casi dos décadas emite el canal musical VH1: los artistas pueden contar sus canciones, además de cantarlas, muy cerca de un público sentado y muy cercano al que se invita a participar con sus preguntas. Conciertos, si se permite el símil futbolístico, a balón parado, y con inhibidores para que no haya cobertura de móvil y el público no se distraiga. El planteamiento podría transmitir cierta idea de quietud y aburrimiento, pero nada más lejos de la realidad, como demostraron Sidonie y Zahara. Quienes vayan esta noche a ver a Antonio Orozco y mañana a M-Clan en la sala viguesa Oh Lá Lá se encontrarán con unos directos fuera de cobertura pero nunca apagados.

Que esperen lo inesperado, como que Javier Veiga les haga llorar de risa con un monólogo-presentación magistral. Que el artista se arranque a tocar desenchufado, acústica en ristre, entre el público, como Zahara. Que el cantante se suba a la barra del local para cantar, como hizo Marc Ros con "Un día de mierda". Que los músicos descubran secretos y datos inéditos, como que el festival PortAmérica de 2014 fue fundamental para que Sidonie ganase confianza en su disco "Sierra y Canadá", y que el bajista, Jesús Senra, tiene madre gallega de Santa María de Oia y que le encanta el grupo compostelano Novedades Carminha.

Desde luego que la idea de los Cómplices de Mahou, como las buenas cañas de cerveza, está excelentemente tirada.

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