Cientos de betanceiros se reunieron este domingo en el Liceo para rendir homenaje a su vecina, Dolores Vázquez, que recibió el premio Úrsula Meléndez de Texeda por su «tesón y fortaleza» tras haber sido acusada falsamente por el asesinato de Rocío Wanninkhof, la hija de su expareja, hace 25 años. «Deberíamos haber hecho esto hace mucho tiempo», comenzó diciendo la alcaldesa, María Barral, que dijo que este era un día marcado en rojo en el calendario de todos los betanceiros. «Perdón Loli, en nombre de todos y con el corazón en la mano», dijo la mandataria, que reconoció que el Estado no estuvo y sigue sin estar «a la altura».