Delia y José tienen 87 y 92 años y viven solos en su casa de Cuntis, en Pontevedra. Solo cuentan con la ayuda de vecinos, como Rosa, que les hace la compra y también de uno de sus hijos. Delia cuenta que «es el que nos lleva al médico, pero tiene su familia y no puede estar aquí continuamente». El verano pasado pidieron la ayuda a la dependencia, pero tras 6 meses de espera se llevaron una sorpresa en el momento de la valoración. Le valoraron a ella, pero no a él, porque no llevaban la documentación. A ella le dijeron que su tramitación tardaría otros 4 meses y a José, al no valorarlo, su caso llevará más tiempo. Y no saben cuánto más podrán esperar. "Hay que ducharlo, hay que vestirlo, hay que hacerle de todo y está desorientado, la cabeza no funciona", dice Delia. Como ellos hay 270.325 personas en las listas de espera con una demora de casi un año de media, de 334 días, pero en algunas comunidades supera los 2 años. Es lo que lleva esperando Asunción Zambrana, en Sevilla, que dice que necesita ayuda «porque ya mi cabeza no me funciona tan bien como antes. Pierdo la estabilidad, tengo varias enfermedades». Desde el sector llevan mucho tiempo pidiendo cambios. Los trabajadores sociales gallegos, concentrados frente a la Xunta, piden más recursos. Y los Gerentes de Servicios Sociales exigen, además de más derechos, más financiación al Gobierno ante la reforma de la ley que prevé aprobar porque mucha gente no puede espera más: 34.252 personas fallecieron en 2024 esperando la dependencia, 1 cada 15 minutos.
