"Para un biólogo marino, esto es como encontrar un Pokémon legendario", cuenta Laia Valor, una de las biólogas de la oenegé Condrik-Tenerife que avistó el ejemplar de diablo negro o rape abisal (Melanocetus johnsonii) a tan solo dos kilómetros de la costa de Tenerife. "Uno de los tripulantes empezó a gritar diciendo que estábamos ante un animal casi mitológico", rememora Valor en conversación con este diario.