Cuando apenas quedan unas horas para que se levante el telón de «Chicago. El musical», en el Teatro Afundación de Vigo la actividad es intensa. Casi una treintena de técnicos montaje -electricistas, carpinteros, diseñadores de sonido y tramoyistas- trajinan colocando cables y estructuras para replicar la escenografía del «Chicago» que se representa en Broadway ininterrumpidamente desde hace 27 años.
Carlos Sansano es el responsable de que todo funcione como un reloj antes de la primera representación que la compañía ofrecerá esta tarde (17.30 horas). Cada foco y cada micrófono tienen que funcionar a la perfección para cuando la veintena de artistas tomen posiciones. «El decorado no varía ni un milímetro de una plaza a otra», comenta el jefe técnico de la gira, que hacía quince años que no trabajaba en el Teatro Afundación, desde la anterior ocasión en que «Chicago» visitó la ciudad de Vigo. Tanto es así, asegura, que los actores no distinguen dónde están cuando se encuentran frente al público.