Lo que los terneritos succionan con avidez es una mezcla de leche con Kowbucha, unprobiótico salido de este centro de investigación neozelandés, donde se afanan por mitigar el efecto nocivo de los eructos de las vacas. Como explica la científica principal del estudio, han conseguido reducir hasta en un 20% el metano que generan los animales, con un sencillo procedimiento: basta con mezclar el probiótico en polvo con la leche y listo para consumir. Reducir el metano –uno de los gases de efecto invernadero más potente y perjudicial para el medio ambiente- sin tener que frenar la producción, es el gran reto de la ganadería.