Narciso Barreira es un sinhogar de 58 años que lleva desde el 2019 viviendo bajo el Puente del Milenio. “La primera crecida que hubo este año, la del 2 de enero, fue mayor”, asegura Narciso, mientras señala la altura que alcanzó entonces el río, cerca de una escalera –preparada por él mismo con adoquines– que lleva a su casa. “En 2020 estuvo más alto, se quedó a un metro ochenta. Lo del deshielo me hace desconfiar. Me da que va a ser una crecida...”, añade durante la charla.