La finca de O Frendoal, en Aldán (Cangas), es un precioso bosque atlántico que hechiza al visitante. Sus senderos bajo castaños, robles y abedules -algunos centenarios-, el murmullo del río Orxas, y un pequeño castillo le han valido el sobrenombre de "bosque mágico" con el que sus vecinos lo han bautizado.