No es un buen año para la Virgen de los Dolores. El viernes pasado, su día grande, no pudo salir del templo y ayer, nada más salir y subirla a hombros los 26 costaleros que la llevaban se puso a llover fuerte. En una rápida maniobra en el atrio volvió a entrar. Solo terminó la procesión el paso de la Santa Cena, tapado con un gran plástico, que lo protegió de la lluvia.