Rusia gana terreno en Mariúpol mientras calienta en el Donbás donde acumula unos 100.000 efectivos para esa ofensiva a gran escala de la que advierte a la población el presidente Zelenski. El abuso de la artillería y los bombardeos como el del aeropuerto de Dnipro confirman que Rusia está centrada en debilitar la logística y el abastecimiento del ejército ucraniano.