"¿Cómo pudieron lanzar una bomba desde un avión a un hospital?", se pregunta insultando quien graba acercándose al inmenso cráter que dejó la bomba. Asusta su inmenso tamaño proporcional a los daños. Tres muertos y 17 heridos, por el momento. Dentro había neonatos, mujeres embarazadas, niños enfermos y sanitarios. Un cobarde ataque que Rusia justifica diciendo que la Maternidad servía de base al Regimiento Azov, la unidad militar de extrema derecha ucraniana a quien ven en esta azotea. Atacar a los más vulnerables y a quienes todavía no han nacido "es un crimen de guerra y un crimen contra la Humanidad", reconoce el alcalde de Mariúpol. Y sigue el asedio, más bombas como en esta zona industrial. La población no resistirá mucho más si no entra pronto ayuda humanitaria. Gracias a la nieve pueden beber. Hay tantos muertos en la calle que han empezado a meterlos en fosas comunes.