El escándalo por las fiestas de Boris Johnson, en plenas restricciones, en el Reino Unido es de tal calibre, que empiezan a sonar candidatos para sustituirle. Las peticiones de dimisión se multiplican a medida que aumentan los detalles sobre el llamado PartyGate. Ahora, se han conocido dos nuevas fiestas, cuando el país estaba de luto oficial por la muerte del marido de Isabel Segunda. Según el "Telegraph", horas antes de que Isabel II tuviera que sentarse sola en el funeral de su marido por las restricciones, el alcohol corría y la música sonaba hasta altas horas de la madrugada en Downing Street. Miembros de su gabinete se saltaron todos los protocolos y celebraron dos fiestas de despedida por su exdirector de comunicación y por uno de sus fotógrafos. Su futuro político está en un limbo. Las voces de dimisión resuenan en su propio partido y todavía falta el informe de una investigación interna que podría empujar al primer ministro hacia la puerta de salida.