8 minutos y 46 eternos segundos, clavando su rodilla en el cuello de George Floyd. Nada impide reconocerlo en los vídeos, es Derek Chauvin y está acusado de asesinato. Hasta hoy permanecía en esta prisión de máxima seguridad de Minnesota, pero tras pagar los 850.000 euros de fianza, ha quedado en libertad a la espera de juicio. De los cuatro expolicías acusados por la muerte de Floyd, Chauvin es el único que se enfrenta a cargos de homicidio. Su historial no es ni mucho menos para enmarcar, en sus 19 años de trayectoria ha disparado y matado a dos hombres en dispositivos policiales, también ha abierto fuego contra una persona que huía de un tiroteo, pero hasta este momento, nada justificó su despido. Un crimen que provocó una histórica oleada de protestas en Estados Unidos. Hoy esos mismos manifestantes han regresado a las calles. No entienden que quien asesinó a George Floyd hoy esté en libertad. No puede salir de Minnesota, pero hasta marzo del próximo año tampoco tendrá que rendir cuentas con la justicia.