No es nada nuevo y ya lo hemos contado: con el arranque del año el propósito de ponerse en forma vuelve a colocarse en la primera posición de muchas listas de objetivos. Lo innovador está, sin embargo, en los métodos a disposición de los usuarios. Lo clásico son los gimnasios tradicionales, eficaces para muchos, pero carentes de motivación para otros.

Es en este contexto cuando surgen nuevas disciplinas como el Ballet Fit, un sistema de entrenamiento basado en ejercicios coreografiados que combina la técnica del ballet clásico y la diversión del fitness. Sí, ponerse tan fuerte como una (o un) bailarina clásica es posible. Y no lo decimos de modo irónico. Lejos de estereotipos, la fuerza, agilidad y flexibilidad que requiere la danza es abrumadora.