Subido a una pequeña escalerita, abre las puertas superiores del armario del recibidor y por sus manos empiezan a desfilar los tesoros. Primero el proyector, «coidado que pesa o seu», para después dar paso a decenas y decenas de cajas rotuladas con fechas y referencias concretas. «Oh, mirade!». Del tetris almacenado surgen también reliquias inesperadas como El libro de la selva, Robin Hood, La bruja novata, La guerra de las Galaxias o Alien, cintas en perfecto estado de conservación que se remontan a una infancia de finales de los 70 y principios de los 80.
Desde el estudio se expande al resto del piso una melodía de Mozart, Leopold , no Amadeus, y en el ordenador se reproduce un archivo digitalizado que da testimonio del evento que tuvo lugar el 8 de diciembre de 1985 en el Palacio de Deportes de Madrid, cuando más de 15.000 personas procedentes de distintas partes del país se congregaron para conmemorar el 90 aniversario de Dolores Ibárruri, La Pasionaria, a quien durante unos segundos se le puede contemplar rodeada de la multitud. No hay registro sonoro, porque el formato no lo permitía, pero entre los recuerdos de los asistentes se proyecta Dolores entonando Joven Guardia, himno de las Juventudes Comunistas, para inmediatamente después proclamar: «¡Y ahora no solo va a ser Dolores la que cante! ¡Vamos a cantar todos La Internacional!».