Salvan un desnivel de cinco pisos entre las calles Aragón y Travesía de Vigo. Se ocultan tras la iglesia de Santo Cura de Ars y son de las peores escaleras del casco urbano vigués: lúgubres y "rompepiernas", por el esfuerzo que supone subir sus más de medio centenar de peldaños. El Concello prevé instalar en ese punto un ascensor que facilite la movilidad y permita a los vecinos más mayores acudir a los cultos religiosos. Ante la dificultad de sortear esa empinada y oscura escalinata, muchos residentes decidieron ir a misa en la iglesia de Fátima.
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