El edificio lleva desde agosto de 2019 ocupado. Por allí han pasado varios ocupas. La casa está muy deteriorada pero cuando la Fundación a la que pertenece fue a rehabilitarla se encontró que estaba ocupado. Ahora mismo viven cinco personas. Los vecinos se quejan de la música, la suciedad y aseguran que se vende droga. Uno de los okupas ha hablado asegura que está allí porque no sabe adonde ir.