Los viñedos llenan estas paredes escarpadas a ambos lados del río Sil. Estamos en temporada de vendimia, y aquí, en la Ribeira Sacra, el entorno es un paraíso natural. La recogida de la uva dura casi un mes y los racimos se cortan uno a uno, de forma manual. El cultivo en bancales es milenario. En esta bodega se recogen 10.000 kilos de uva diarios durante cuatro semanas. En total se van a extraer 75 toneladas de uva que primero se despalillan. A cada depósito llega la uva procedente de una única parcela. Así se busca la singularidad, marcada por la identidad de los múltiples suelos presentes en la Ribeira Sacra. Quienes trabajan aquí coinciden: es un oficio duro, pero gratificante. El objetivo es embotellar un paisaje de ensueño para obtener uno de los mejores vinos de Galicia.