Los vecinos de las comarcas de Deza y Tabeirós se despertaron este lunes con una sensación de calma después de dos jornadas de intensas precipitaciones que marcaron tanto la Nochevieja como el primer día del año.
Ríos desbordados, fincas anegadas, árboles caídos y daños en infraestructuras fueron las principales incidencias de un temporal que no solo llenó acuíferos sino que abrió fuentes que, en algunos casos, llevaban años sin manar una gota de agua.