La original danza de las “penlas” centró la apertura de las Festas da Coca con el reconocimiento a la labor de las niñas, así como de las mujeres que las portan –denominadas “burras”–, que hacen posible la conservación de este baile tradicional. Una manifestación cultural única que el Concello de Redondela pretende desde hace años que la Unesco lo declare como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.