A un paso de lograrlo. El Celta está rozando con la yema de los dedos su pasaporte a Europa. Una victoria hoy en casa frente al Rayo Vallecano sería el sello final que los llevaría, después de ocho años, a la competición internacional. Por lo pronto, el recibimiento al equipo ha estado a la altura de la situación: aficionados repartidos por cientos de metros gritando ánimos y con un bengaleo que ha iluminado los aledaños de Balaídos como en las grandes citas.
