La escasez de mejillón hace que su precio suba en torno a 20 céntimos por kilo y multiplica los pedidos, tanto de las conserveras como de los depuradores gallegos, catalanes, italianos y franceses.

Las descargas están siendo masivas en el litoral, donde los bateeiros reconocen estar completando un año fantástico.

Pero la campaña será corta, ya que el molusco comercial se ha terminado en numerosos viveros.